Cuaderno de cantares:

Los mineros y el carbón

 

 

 

Santa Bárbara bendita,
patrona de los mineros.

Mira, mira, Maruxina, mira,

mira cómo vengo yo.

  Traigo la cabeza rota,
que me la rompió un costero.
Traigo la camisa roja
de sangre de un compañero.
  En el pozo María Luisa
murieron cuatro mineros.
Mañana son los entierros
de esos pobres compañeros.

 

 

Allá arriba en aquel alto
hay una fuente que mana
agua para los mineros,
para lavarse la cara.
  Bajaré a la mina
por honda que esté
y allí sentadita
mi amor te daré.
  ¿Cómo quieres que te quiera
siendo yo un pobre minero?
Quieres que venda el candil
para comprarte un pañuelo.

 

 

Dale, dale, maquinista,
dale, dale fuego al tren,
échale carbón de piedra,
que no pare de correr.
 

En la estación de Montejos
un maquinista lloraba,
que se le acabó el carbón
y la máquina no andaba.

  En lo hondo de la mina
tengo yo puesto mi amor.
Carbonero de mi vida,
¡cuándo podrás ver el sol!

 

 

Eres como aquel carbón
que tiene lumbre y no quema.
Dentro de mi corazón
arde una llama serena.
  Las brañeras de Buxionte
danle leche a los mineros,
y luego bajan diciendo
que la maman los terneros.
  Los mineros en la mina
adoran al Dios divino,
cuando salen a la calle,
a las mujeres y al vino.

 

 

Los mineros en la mina
gastan camisa planchada
con un letrero que dice:
La mina todo lo paga.
 

Madre mía, los mineros
qué buenos mozos que son,
pero tienen la desgracia,
de morir sin confesión.

 

Madre mía, los mineros
son negros como el carbón,

pero en ganando el dinero,

las pesetas blancas son.

 

 

Mi carbonero, madre,
muy de mañana,
trae el carbón al pueblo
de buena gana.
  Mi carbonero, madre,
tiene la cara
como el carbón de piedra
de su parada.
  Mi madre quiere casarme
con un pícaro pastor,
yo le digo que lo quiero
de las minas del carbón.

 

 

Mi madre quiere casarme
con uno de la oficina,
y yo lo quiero minero,
que suba y baje a la mina.
 

Minero le quiero, madre,
de las minas de carbón,
que aunque el carbón sea negro,
las pesetas blancas son.

  Minero le quiero, madre,
de las minas de carbón,
que aunque tenga cara sucia,
tiene blanco el corazón.

 

 

Minero le quiero, madre,
que sepa bien barrenar
en la mina que yo tengo
debaixo del delantal.
  Para florida, Valencia,
Asturias para carbón,
y para niñas bonitas,
la provincia de León.
 

Quítate, peña, delante,
y déjame ver la mina,
que allí tengo yo mi amante,
me roba el alma y la vida.

 

 

Si todos dicen
que no te quiero,
no me cortejes,
mozo embustero.
No me cortejes,
mozo embustero,
que mis amores
son de un minero.
  Una vez que fui minero
y en tu mina trabajé,
otro trabajó primero
porque abierta la encontré.
  Viva el Bierzo, viva el Bierzo,
tierra de vino y carbón,
viva el Cristo de los Barrios
y el vino de la región.

 

 

Ya no te quiero
porque me han dicho
que eres minero
de Villablino.
Si soy minero,
yo no lo niego,
porque la mina
me da dinero.
 

Que soy minero,
yo nada debo,
porque la mina
me da dinero.

Que
soy minero,
no debo nada,
porque la mina
todo lo paga.

  Yo soy un pobre minero
que ando buscando filón,
aquí traigo la herramienta
en la cruz del pantalón.

 

 

La alegría

                                     

Lluvia, nieve
y tormenta