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TABLAS DE MEDIDAS PARA LOS DISTINTOS TIPOS DE FLAUTAS MARAGATAS

(EN TODOS LOS TONOS DE LA ESCALA CROMÁTICA)

Si tomamos medidas a varias flautas que afinen en diferentes tonos, llegaremos a la conclusión de que las medidas recomendadas para los tonos más usuales en León son las siguientes (notas obtenidas con todos los agujeros tapados):

LA: 36,8 cm

SI b: 34,7 cm

SI: 32,8 cm

          Estas medidas están tomadas no desde el comienzo del aeroducto que se mete en la boca del intérprete, sino desde la ranura final del mismo (donde termina la “boca” del instrumento) hasta el final de la flauta. La longitud de este aeroducto en forma de pico, que suele ser de unos 3,5 cm, no influye en la afinación del instrumento, y depende del gusto y del estilo propio del artesano constructor. Puede parecer más lógico tomar como origen de medidas el extremo o línea cortante del bisel (que es donde realmente nace el sonido de la flauta), pero si el tamaño del orificio rectangular por donde sale el aire está bien proporcionado, podemos utilizar sin problemas el origen que aquí propongo, simplemente porque me ha resultado más fácil tomar las medidas desde aquí.

Más complicado resulta encontrar la distancia proporcionada ideal de los agujeros de la flauta para que permitan obtener lo más afinada posible la escala modal de SOL. Esto requiere un análisis métrico y tonal comparativo de diferentes ejemplares de flautas hasta descubrir las proporciones deseadas.

Denominaremos P al agujero correspondiente al dedo pulgar, I el correspondiente al dedo índice y C al del dedo corazón. F será el final de la flauta y O el origen de las medidas, que como ya hemos dicho coincide con la ranura de la embocadura. Las distancias se refieren siempre al centro geométrico de los agujeros.

           Para poder comparar las medidas de las distintas flautas, hemos tenido que hacer una conversión en porcentaje. De otro modo no sería posible comparar las medidas de una flauta de 36,6 cm con otra de 32,5 cm, por ejemplo. De todos modos, las conclusiones obtenidas sólo se consideran válidas en principio para la flauta maragata, ya que hay pequeñas diferencias en la forma general del instrumento que pueden influir en la afinación, como puede ser la forma cónica del tubo sonoro en las flautas dulces, el grosor del propio tubo, el diámetro de los orificios, etc.

Voy a reflejar en unas tablas las conclusiones que he obtenido, pendientes de su comprobación experimental en nuevos ejemplares encargados. Se incluyen, tanto los porcentajes como las medidas concretas en centímetros para los tonos LA, SI b, y SI. Aunque ya he dejado patente en este trabajo mi preferencia por la flauta en modo de SOL, sobre todo para tocar en el modo mayor, se muestran a continuación dos series de resultados, una para las flautas con 3ª mayor (modo de SOL), y otra para las que tienen la 3ª menor (modo de RE), e incluso como curiosidad, las sugerencias para flautas de tipología charra, con 2ª menor (modo de MI).  A fin de cuentas, cada constructor y cada intérprete son los que deberán tomar la decisión final a la hora de diseñar o de elegir su propia flauta de tres agujeros. En la próxima página incorporaremos unos dibujos comparativos con las medidas propuestas para los tamaños y escalas más frecuentes en la provincia de León.

Estos resultados son aproximados y provisionales, pero probablemente producirán una afinación aceptable, y  se acercarán bastante al temperamento de la música occidental, aunque hay que tener en cuenta que la chifla es un instrumento fundamentalmente diatónico, solo parcialmente cromático, propio para tocar de forma natural en un único tono (el más adecuado a su escala), y por ello no precisa de un temperamento exacto, sino más bien de una afinación precisa en sus notas principales. Además, en cuanto existen sonidos que se originan por armónicos, es imposible temperarlos, a no ser mediante artificios de interpretación.

En todas estas tablas se consideran iguales los tamaños de los orificios de digitación, siguiendo los modelos habituales de las flautas tradicionales, en las que el tubo interior es cilíndrico y los orificios perpendiculares y equivalentes, que solamente varían en su posición. La modificación del diámetro de algún orificio o su inclinación puede alterar también la afinación de determinadas notas y constituye un recurso a tener en cuenta si alguna de ellas no suena correctamente.

SUGERENCIA DE MEDIDAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CHIFLAS LEONESAS CON 3ª MAYOR (T-T-S)

O: Origen     F: Final     P: Dedo Pulgar     I: Dedo Índice     C: Dedo Corazón

SUGERENCIA DE MEDIDAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CHIFLAS LEONESAS CON 3ª MENOR (T-S-T)

SUGERENCIA DE MEDIDAS PARA LA CONSTRUCCIÓN DE CHIFLAS CON 2ª MENOR (S-T-T) - Tipología charra

        Como ya hemos dicho anteriormente, los artesanos constructores de flautas maragatas no utilizan este tipo de cálculos para construir sus instrumentos, lo que se justifica suficientemente porque el uso tradicional de la chifla no precisa temperamento ni afinación precisa.  El diseño de la longitud del instrumento y la posición de los agujeros suele ser aproximado, e incluso adaptarse al tamaño de la pieza de madera disponible, a la posición de los nudos, etc. Sin embargo, en sus flautas existe cierta estabilidad debido a que utilizan generalmente las medidas aproximadas de otras flautas que han hecho anteriormente, y cuando alguna de ellas no suena a su gusto, la descartan para el toque tradicional y no la usan como modelo.

        Por otra parte, la existencia desde hace varios años de escuelas de música tradicional donde se imparten clases de chifla y tamborín ha creado en estos artesanos la necesidad de construir flautas con un cierto grado de estandarización. Posiblemente el primer artesano que se preocupó por conseguir una plantilla fija o  casi fija para sus flautas fue José Vega, de Santa Colomba de Somoza. Es un constructor muy activo que ha fabricado y vendido muchísimas flautas, tanto a tamboriteros veteranos como aprendices.

        El otro caso notable de constructor de flautas maragatas tradicionales es Eduardo Pérez Vega, natural de Viforcos y afincado en Astorga. Además de tamboritero profesional, también construye excelentes flautas, y en los últimos años ha vendido muchas a tamboriteros de las escuelas de música, con lo que ha llegado también a un modelo estandarizado de gran calidad, que resulta muy compatible con la escala musical temperada que todos conocemos. A Eduardo le debo un gran reconocimiento porque se ha prestado amablemente a realizar experimentos con medidas que yo le he proporcionado para comprobar los resultados sonoros y compararlos con los que yo preveía teóricamente. Si la primera versión de este trabajo (que publiqué en Internet en 2002) se basaba en flautas conocidas y preexistentes, para esta revisión, llevada a cabo diez años más tarde, he podido realizar predicciones de sonido para determinadas medidas y comprobar los resultados en diversas flautas construidas por el que ahora es mi buen amigo Eduardo.

        Aparte de esto, me he permitido la licencia de realizar posteriores modificaciones en la posición de los agujeros de algunas flautas (tanto de Pepe como de Eduardo) para comprobar por mí mismo las diferencias de sonido que se producen al desplazar los orificios.

        Debo añadir a estos comentarios la labor que está realizando Francisco "Fran" Pozuelo Alegre, luthier de Villarejo de Órbigo, que construye y toca toda clase de instrumentos tradicionales, entre ellos tamborines y chiflas, de las cuales, aunque no he podido estudiar con detalle, tengo excelentes referencias en cuanto a los resultados y al temperamento de los mismos. También me han llegado noticias de otro artesano constructor y músico con sede en el Bierzo, Diego Segura, que anuncia en su página de Internet chiflas, gaitas,  panderos, panderetas y otros instrumentos. Espero ampliar la información sobre este artesano y tamboritero en cuanto me sea posible.

        Por otra parte, el que ha sido mi profesor de chifla y tamborín durante varios años y gran amigo, Luis Alberto Mondelo, está realizando estudios autodidácticos de construcción de flautas y ha conseguido ya algunos prototipos excelentes, tanto en su aspecto exterior de torneado como en la calidad de sonido y perfección de afinación.

      Un ejemplo de lo que puede ser un estudio musical resumido de una flauta, podría ser el que se refiere a una de las flautas construidas por José Vega, que en este trabajo he denominado "Maragatina":

•     La nota básica se acerca mucho a un LA natural, aunque suena demasiado alta, aproximadamente 40 cents.

•    Tomando esa nota básica como referencia, la segunda de la escala (que denominaremos SI), suena algo baja, aproximadamente 20 cents.

•     La tercera de la escala produce con respecto a la básica un intervalo claramente menor, de modo que el DO natural suena bastante bien afinado.

•     La cuarta nota de la escala, el RE, suena algo baja con respecto a la básica, aproximadamente 20 cents, sin embargo afina exactamente una tercera menor por encima del SI.

       Con esta colocación de los agujeros se consigue una buena sonoridad en ciertas posiciones, y la afinación, sin ser perfecta, se aproxima bastante a la que hemos descrito como Modo de RE, Tono de LA.  Probablemente, se conseguiría una afinación más ajustada, simplemente alargando la flauta un centímetro por el final, manteniendo los agujeros en la misma posición con respecto a la ranura de origen del sonido, y quizá aún mejor, subiendo unos 8 ó 9 milímetros el agujero intermedio hacia la cabeza de la flauta.

       De todas formas, hay que considerar las tablas arriba propuestas como una simple hipótesis de trabajo para seguir investigando en este interesante tema, sin olvidar que el propio diseño de la flauta (características peculiares de cada artesano), las variaciones de temperatura y humedad y la potencia del soplido también influyen en la afinación.  La teoría y la práctica, en este campo, pueden aunarse para conseguir unos mejores resultados desde el punto de vista musical.

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con la tabla de medidas y afinaciones

Flautas con 2º Menor (Modo de MI)   (S - T - T)  -  Tipología charra