El Himno a León, fin de fiesta que nos une

 

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El Himno a León, de Odón Alonso y José Pinto (1934), es a menudo canto obligado porque a muchos
de nuestros espectadores les gusta terminar los conciertos cantándolo.
No solemos ensayarlo ni prepararlo de forma coral, para que salga más espontáneo.
A lo largo de los años, se ha hecho habitual que el público lo acompañe dando palmas.

En la cinta cassette "Concierto por Asprona" figura una versión del mismo donde aparecen las voces
del público asistente. Nos emociona cada vez que oímos las voces de la gente unidas a las nuestras.