Se ha escrito sobre "La Braña"...     

                                                                                            

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

GRUPO FUNDADO

 

EN  OCTUBRE

 

DE 1980

 

Historia de la Música Moderna en León

Diario de León

Diciembre 2006

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA HISTORIA DE LA MÚSICA MODERNA EN LEÓN


HA NACIDO UN COMPROMISO

 

LA BRAÑA

 

Estamos ante el grupo de música de raigambre más sólido de la historia musical leonesa.  Hasta que en 1980 confluyeron en los actualmente miembros más José Manuel García Lobo, que años después abandonaría [*], la historia de ese grupo nacido al socaire del verso tradicional "Aunque voy a la braña / no llevo pena..." ya es de por sí intensa e interesante.  Veamos.

 

Se inicia la década de los años setenta del siglo XX y León, como en otras ocasiones históricas, bulle y pugna por asomar el hocico en todos los órdenes.  Las cifras económicas provinciales de los sectores básicos de la provincia: agricultura, ganadería y minería están en su cúspide y nadie parece alertarse cuando los profetas del desierto claman advirtiendo el agotamiento del sistema y el quiebro de la pirámide poblacional.  se vive, a pesar de las heladas típicas de la tierra, en una atmósfera cálida, cuando no caliente, y expectante.

 

Sólo los bunkerizados dudan de que el país va imparable hacia un cambio político, una vez sobrevenidos los cambios económicos, sociales y de costumbres.  Las apuestas sobre la muerte de Franco eran una constante en los abrevaderos de los políticos clandestinos y una preocupación para los detentadores del poder que comenzaban a idear la célebre proclama de
"yo demócrata de toda la vida".

 

En el panorama nacional han trascendido nombres como Nuestro Pequeño Mundo, Aguaviva, La Bullonera, Labordeta o Jarcha que encienden hogueras semejantes en los diversos territorios, también en la entonces inconfundible/indiscutible Región Leonesa.  Después de los Capas Pardas, Buenas Noticias y Chusma, Barrio Húmedo se hace patrón y el patrón a seguir en el enlace de la música comprometida y la tradicional en la capital de aquella vieja región, hoy tan difuminada.

 

Es a Barrio Húmedo a quien tratan de imitar los jovenzuelos que en el barrio de Santa Marina negocian con el cura José María [Barrero] (aquella alma bendita luego lanzado al ultramontanismo, quizá por antagonismo con su vecino archirepublicano Ataulfo, el de "curas y monja a trabajar ya"...) el préstamo del local parroquial para ensayos y guateques, a trueque de hacer coros en la iglesia.  Allí coinciden y se comprometen los que formarán el grupo Gente Libre (Javier Rivera, Dionisio Vaquero, su hermana Mercedes Vaquero y Jesús San José).  Este grupo apenas dura un año con más entradas y salidas que un entremés de Arniches, con lo que en una de tantas formaciones deciden reemplazar el pretencioso Gente Libre por el franciscano Hierba del Campo. La sustanciosa vida de este grupo folk leonés está contada aparte y en apartes deben contarse las desavenencias fraguadas dentro del mismo que desembocarán en escisión.  Después de la que se prometía ascendente carrera de un conjunto homologable a nivel nacional, tenemos a una Hierba del Campo segada al ras y a una plántula que recién emerge denominada Vida Nueva. Es el año 1978.  Vida Nueva la componen los fugados (a ojos de los que se quedan) o los fieles (a ojos de los que se van): Mª del Pilar Pérez González, Mª Teresa Pérez González, Marcelino Rodríguez Díez y Jesús San José Hernández.

 

Entonces no faltaba tajo en el Hula-Hula de León, en el Sapo Rojo de La Bañeza o en las fiestas de los pueblos donde hubiera un concejal culto, y valga la paradoja. Rehacen el repertorio continuando un cierto eclecticismo donde lo mismo cabe la canción de autor de Serrat, los sones bailables del Nuevo Mester de Juglaría o los diferentes titos leoneses.

 

Vida Nueva tuvo poca... vida, pero la suficiente para que los productores de Zafiro les tentasen con dar un salto a la fama si consentían en marcarse un estilo con toques parecidos a lo que parecía ser la estrella que venía de las antípodas: Olivia Newton John. ¡Cómo hubiera llegado a ser la fusión de la jota de Boñar con el sonido Sidney de la Olivia!  Pero los componentes de Vida Nueva no están contentos con esa vida ni con ese heterogéneo repertorio. Después de saldadas las deudas por los cachivaches deciden pararse a pensar en hacer un grupo serio, o sea alejado de mixturas y refritos.

 

1980 es el año de nacimiento de La Braña.  En pocos meses sus alforjas se llenan de tradición recogida directamente en las cocinas y plazas por las comarcas leonesas.  Los frutos de su trabajo de campo son arropados con variada instrumentación de percusión, viento y cuerda.  Las letras se adecúan a las voces de los componentes.  El legado intemporal leonés ha encontrado el puente de salvación, el que une las orillas de un tiempo que se acaba con el incierto futuro que comienza.  A los cuatro componentes de Vida Nueva
se incorporan dos amantes del tango que circulan con un cierto aire porteño por diversos garitos:
Ángel Arredondo y José Manuel García Lobo.

 

La amistad con Raúl Ferreras les induce en el año que sigue a grabar su primera cassette en los primigenios estudios Caskabel. 
Sale al mercado el primer volumen de Canción Tradicional Leonesa, que abrirá una colección de seis trabajos imprescindibles para entender lo que fueron quienes por aquí anduvieron y, quizás, para saber algo de los que aúno no nos hemos detenido.

 

Ese mismo año de 1981 se produce la alternativa del grupo delante de un público citado que entra con verdadero fervor a la propuesta de música enraizada.  En la provincia comienzan los debates sobre el tipo de autonomía que se prefiere: La historia parecía reavivar la ilusión por gobernarse al igual que el resto de regiones españolas.  La juventud de la capital asistió en masa al concierto que La Braña dio en la plaza de las Tiendas, corazón vinatero del Barrio Húmedo (quizás también había en el consciente del grupo un deseo de homenajear a los serios predecesores). Hubo una total empatía y algún miembro del grupo expresó en voz alta que ahora sí comenzaba a emocionar y a emocionarse mientras interpretaban.  El camino escogido era el deseado: difundir sin estridencias ni mal gusto la tradición leonesa; por supuesto, sin menoscabo de cualquier aportación novedosa que en esa línea pudieran realizar.  De esa labor didáctica no se han desviado un pelo desde entonces; y ahí están para demostrarlo sus recitales, su extensa discografía, las clases (un proyecto educativo tendente al rescate del Patrimonio Tradicional Leonés desde la escuela) y los artículos en prensa.

 

La televisión les ha ayudado mucho en esta labor. Su presencia continuada en programas de TVE como Gente Joven (dirigida por los paisanos Fernando Juan Santos y Rafael Cavero), Zarabanda o La Corrobla les hizo cómplices de muchos espectadores que luego tuvieron oportunidad de aplaudirlos en sus pueblos cuando los erarios del Instituto Leonés de Cultura o los fondos de la Obra Social
de Caja León (ahora Caja España -sin león no hubiera España, tachín, tachín...-) se destinaban a sus verdaderos originadores:
la ruralidad ldonesa.

 

Entrando el siglo XXI, La Braña ha continuado manteniendo sus múltiples frentes, pero con una cadencia menor.  No pasan los años en balde (ni siquiera en calderu riberanu) y aún así continúan igual de entusiastas,  pero con las heridas de mil batallas.  La muerte sorpresiva de Raúl Ferreras congeló, de momento, lo que debe ser su próximo trabajo discográfico. La Braña sigue y, también, sigue esperando que otros tomen, con igual ímpetu y acierto, las riendas de ese asturcón llamado tesoro tradicional leonés.

 

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[*] José Manuel García Lobo fue reemplazado en enero de 1982 por José Antonio García Trabajo, que permaneció
como miembro del grupo hasta septiembre de 2002.     
(Nota de "La Braña")