Se ha escrito sobre "La Braña"...     

                                                                                            

 

     

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

GRUPO FUNDADO

 

EN  OCTUBRE

 

DE 1980

 

Diario de León

14/03/2007

21/03/2007

28/03/2007

 

Marro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LUCHA LEONESA Y ALGO MÁS

 

ROMANCERO LUCHÍSTICO (I)

 

Antes de entrar en materia específica de titulares, y aunque también en clave romancera, nos vamos a permitir sacar completo un expresivo párrafo extraído de la introducción literaria del cedé "Himno Oficial y Romancero de la Lucha Leonesa", y que salió incompleto en la parte final de su transcripción en nuestra columna del jueves 22 de febrero:

 

"(...) Debemos fomentar el mantenimiento y difusión de la lucha leonesa, que como recientemente ha escrito el insigne profesor universitario D. Guillermo Suárez: "... por su carácter autóctono, popularidad, sabor didáctico y ejemplaridad deportiva, interés antropológico y social, es algo más que un deporte: ¡Un orgullo del Pueblo Leonés!

 

Se comenta solo: así que vayamos de lleno a los Romances. Algunos lectores se nos han lamentado de no haber podido acceder al cedé "Himno y romances de la lucha leonesa", de La Braña.  Consecuentemente al libreto que lo acompaña y donde figuran impresos los consiguientes textos.

 

En el mejor ánimo de paliar estas carencias lamentables (¡ni tan siquiera acceso comercial!  Esto sólo pasa en la lucha leonesa), vamos a tratar de ir incluyendo en sucesivas entregas las letras correspondientes a tales grabaciones.  Se pueden obtener a través de Internet, donde hemos recurrido para recoger unos textos que preceden a cada canción y que sirven a modo de introducción a la misma.  Ímprobo trabajo, junto con todos los demás trabajos de campo -investigación y música- composición, de "Los Braños" Ángel Arredondo y Jesús San José. Ay, la deuda pendiente de la lucha leonesa con La Braña...

 

En fin, hay gestas (y gestos) que merecen ser conocidas; y reconocidas.  Por último consignar, antes de proceder con "canciones e introducciones", que en el libreto del cedé se incluyen también una serie de textos histórico-luchísticos con recitadores de lujo en las voces de Luis del Olmo, Pedro García Trapiello, José Manuel Mures, Marcelino Cuevas...

 

Empezamos por el himno... Que engancha con sólo leerlo. Y que nos hará vibrar en cuanto musicalmente comenzase a sonar:

"
Es la lucha leonesa  /  el deporte en que por tradición  /  la Montaña y la Ribera  /  nobles pugnan por un vencedor//. Agarrando firme el cinto  /  maña y fuerza se han de utilizar  /  hasta dar en el suelo con el cuerpo del rival//. Bravo luchador hecho de nobleza  /  siempre tu valor despierta gran pasión  /  formamos corro por ver tus proezas  /  que un día serán leyendas de León//. Desde antiguo nuestra lucha  /  cuenta con el fervor popular  /  y en los pueblos hoy se escucha  /  a los mozos retarse a luchar//.  Furia y casta leonesa  /  han hecho este deporte inmortal  /  para orgullo del pueblo  /  que le dio su identidad//.  Bravo luchador hecho de nobleza  /  siempre tu valor despierta gran pasión  /  formamos corro por ver tus proezas  /  que un día serán leyendas de León//.
¡¡¡Lucha, leonés!!!"

 

Cayo de Celis "Cayuso". Pasodoble.  Cayo de Celis, "Cayuso", era el prototipo de luchador listo y astuto, capaz de las mayores hazañas a pesar de su poco peso. Sin tener gran potencia física, poseía la virtud de aplicar las mañas más apropiadas en el momento adecuado, buscando los puntos débiles de su rival y aprovechando sus descuidos. El público disfrutaba cuando Cayuso subía al pecho de los que lo levantaban al voleo, apoyando en ellos la rodilla. Eran momentos de máxima emoción, pues al tratar de posarlo en el suelo se revolvía y tiraba a sus rivales. Así llegó a derrotar a todos los grandes luchadores de su tiempo, consiguiendo ser Campeón Absoluto de muchos corros. Por ello, su figura era muy controvertida. Para muchos, es considerado uno de los mejores luchadores de la historia; para otros, le sobraba algo de picardía. Pero nadie le discute la maestría y el dominio de las armas luchísticas que estaban a su alcance. Su hermano Pepín de Celis era más fino y elegante, aunque también más irregular. Como novillero que era, llegó a cuajar grandes faenas en el redondel de los corros, pero murió prematuramente en accidente de automóvil. En recuerdo de Pepín, hemos dedicado a Cayo de Celis un romance a ritmo de pasodoble torero.
 

" I: Villaobispo ha sido cuna  /  de luchadores de fama;  /  allí vio Cayo de Celis  /  la primera luz del alba.  /  En los corros principales  /  su presencia es esperada,  /  pues la lucha leonesa  /  con "Cayuso" está de gala//.  II: Siendo de muy poco peso  /  son famosas sus hazañas,  /  se enfrenta a los más pesados  /  y los tira sin tardanza.  /  Sus potentes adversarios  /  al voleo lo levantan,  /  pero al posarlo en el suelo  /  Cayo los tumba de espaldas//.  III: Luchador firme y seguro,  /  prodigio de fuerza y maña,  /  ídolo de la Ribera  /  y apreciado en la Montaña.  /  Agarra el cinto, "Cayuso",  /  muéstranos tu noble casta,  /  para que siempre admiremos  /  tu figura legendaria//. Estribillo: Por tu enorme valentía /  y notable pundonor  /  flor y nata de la lucha  /  te proclama la afición: / Cayo de Celis, / "Cayuso" es campeón".

 


 

ROMANCERO LUCHÍSTICO (II)

 

Tal como nos comprometimos, continuamos ofreciéndoles textos de algunos de los protagonistas vivos de los "Romances de la Lucha Leonesa".  Y que van precedidos de una introducción explicativa, cuyo texto corresponde también "a la misma autoría Braña".

 

Poderío y nobleza: Felipe León y Eutiquiano Urdiales. Siempre que se presencia en un corro de lucha alguna hazaña importante, habiendo gente de distintas edades y comarcas, surge la comparación y la discusión sobre quién fue el mejor luchador de todos los tiempos. Por supuesto, no hay respuesta clara a esa pregunta, ya que ningún luchador ha sido invencible. Hubo luchadores magníficos que no fueron conocidos porque no salían mucho de los límites de su comarca. Por otra parte, los grandes luchadores actuales quizá son tan buenos como ellos, pero aún les falta el aura de la leyenda que sólo se adquiere con el paso del tiempo.

 

También es difícil comparar los luchadores de distintas épocas. Si nos ceñimos a los que han sido más unánimemente reconocidos por la afición y se han convertido en grandes mitos, ya no quedan muchos, y la mayoría han sido reflejados en los romances de este disco. Muchos opinan que ha sido el Sastrín de Rucayo el más espectacular, pues por su gran habilidad fue capaz de tirar a grandes luchadores fenomenales que además le doblaban el peso. Pero también es habitual que en la Montaña citen como el mejor de todos los tiempos a Benitín, el de Las Salas, afirmando que fue el luchador más completo.

 

En la Ribera se dice que Cayo de Celis, Cayuso, fue el más seguro; y valoran su gran astucia, con la que logró vencer a los luchadores más importantes de su tiempo. Otro candidato fundamental ha sido Tino, el Cojo de Paradilla, que sin duda fue un grandísimo campeón del cual se cuentan muchas hazañas por su enorme fortaleza.  Y en la Sobarriba habría que dar también el premio por equipos a los famosos Molineros de Carbajosa.

 

Y si además sumamos la máxima nobleza, la elegancia, la técnica impecable, la deportividad y la modestia, cualidades que la lucha leonesa ha de valorar para ejemplo de las futuras generaciones, entonces hay dos candidatos claros: Felipe León y Eutiquiano Urdiales. Con ellos puede decirse que se vivió la Edad de Oro de la Lucha Leonesa. Jamás protestaban, nunca propinaban malas caídas, todo el mundo les respetaba por su gran humanidad. En este romance hemos tratado de unir ambas figuras, que ya son legendarias.

 

"Discuten los entendidos  /  y en los corros se comenta  /  quién fue el mayor campeón  /  de la lucha leonesa.  /  Muchos son los luchadores  /  que hicieron grandes proezas;  /  unos por su gran astucia,  /  otros por su enorme fuerza.  /  Pero hablando de elegancia, / de poderío y nobleza,  /  de respeto al adversario,  /  humanidad y grandeza,  /  sin despreciar a otros muchos  /  de una calidad inmensa,  /  dos hombres merecen gloria,  /  honor y memoria eterna.  /  Es de todos admirado  /  Felipe León Viñuela;  /  nacido en Villaquilambre,  /  en el mesón de La Venta.  /  También Eutiquiano Urdiales  /  dejó en la lucha su huella,  /  Nava de los Caballeros  /  le vio nacer junto al Esla.  /  Se quitaban importancia  /  por su extremada modestia,  /  mas todo el mundo conoce  /  su valor y su destreza.  /  Usaban todas las mañas  /  en ataque y en defensa;  /  si fuertes eran sus brazos,  /  más firmes eran sus piernas.  /  Felipe León tenía  /  musculatura de atleta,  /  fue un deportista completo,  /  de facultades soberbias.  /  Joven apuesto y bizarro,  /  modelo de gentileza,  /  a todos maravillaba  /  con su garra y su potencia.  /  Nano ha sido el estilista  /  más fino que se recuerda,  /  al público fascinaba  /  su técnica tan perfecta.  /  Generoso y deportivo,  /  luchaba con gran limpieza;  /  era todo un caballero  /  de los pies a la cabeza.  /    /  Quién fue el mejor de los dos  /  no se sabe con certeza,  /  por ser de distinto peso  /  no se hicieron competencia.  / 
El deporte de la lucha  /  ya los tiene por bandera;  /  ambos fueron magistrales,  /  y han pasado a la leyenda."

 

 

Benitín el de Las Salas: Benito Fernández.  Procedemos hoy con la prosa de introducción que hace La Braña para este Romance y la próxima semana reproduciremos los versos en sí del mismo. "En este romance homenajeamos a uno de los mejores luchadores de la Montaña: Benito Fernández, de Las Salas, que durante muchos años fue el capitán indiscutible de la Montaña en sus enfrentamientos con la Ribera. Luchador muy completo y temido, cuentan de él que se le consideraba casi invencible; y muchos luchadores, al ver que Benitín estaba entre los rivales, se retiraban prudentemente. También es un gran campeón en el hermano deporte autóctono de los Bolos, en la modalidad de Bolo Riañés. Para ilustrar alguna escena de su vida, vamos a imaginar una romería en la Montaña cercana a su pueblo, con mucha gente celebrando la fiesta mientras en la pradera luchan amistosamente dos mozalbetes, casi unos chiquillos. Uno de ellos es grande y fornido; el otro es más delgado y ágil y se llama Benitín.  Una y otra vez, Benito derriba a su rival. La gente, que se iba acercando a contemplar la pelea, le aclama con entusiasmo, y en el fondo de los corazones montañeses se ve con claridad que Benitín va a ser el gran líder que la Montaña esperaba. Este romance está basado en un relato breve del jesuita Ángel Tejerina, natural de Las Salas, que lleva el expresivo título de "La luche leonesa a imitación de Homero"; cambiando el personaje principal (Agustinillo) por Benitín. Lo más curioso es que, según nos ha contado D. Fidel González Largo, también de Las Salas y autor del libro "Escenas costumbristas de la montaña leonesa", los personajes que aparecen en el citado relato del padre Tejerina son auténticos. Por lo tanto, el Máximo que aparece como rival de Benitín existió realmente, aunque unos años antes de que tuviera lugar la escena que hemos reconstruido."

 

Reiteramos por nuestra parte, el próximo miércoles este romance de Benitín el de Las Salas.

 

 

ROMANCERO LUCHÍSTICO (III)

 

Rematamos hoy la serie de Romances que venimos publicando, correspondientes a los protagonistas -felizmente- vivos. La semana pasada habíamos reproducido la introducción que hacía también La Braña al romance "Benitín el de Las Salas", cuyo texto romanceado es el que sigue:

 

"Un lugar de la Montaña,  /  a la sombra de un Santuario,  /  estaba de romería /  a finales del verano.  /  En medio de la pradera  /  luchan dos mozos gallardos;  /  tendrán poco más o menos  /  quince o dieciséis años.  /  Máximo es grande y fornido,  /  musculoso y bien plantado;  /  Benitín es más pequeño,  /  ágil, fibroso y delgado;  /  es del pueblo de Las Salas,  /  muy valiente y estimado.  /  Están ambos en camisa  /  y tienen los pies descalzos,  /  hasta casi la rodilla  /  el pantalón remangado,  /  las manos bien agarradas  / 
en el cinto del contrario.  /  Pasados varios minutos,  /  el combate va igualado,  /  cuando uno traba una maña  /  ya el otro la ha falseado.  /  Benitín, en un arranque,  /  con la rapidez del rayo,  /  sorprendiendo a su enemigo,  /  la mediana le ha trabado.  /  Durante pocos segundos,  /  los cuerpos forcejearon,  /  y con esfuerzos supremos  /  se empinaban a lo alto.  /  Benito impulsa la pierna,  / 
con los puños apretando,  /  y sacando todo el genio  /  al rival ha desplomado.  /  Máximo pide revancha,  /  Benitín se la ha aceptado.  /  En cuanto forman el puente,  /  el ataque ha comenzado.  /  El grandón se esfuerza mucho  /  apretando y aflojando,  /  no le sale ni una maña  /  y ya está desesperado.  /  Agachando la cabeza,  /  resopla como un caballo;  /  rabioso y enfurecido,  /  se abalanza sin pensarlo.  /  Benitín, que estaba atento  /  esquiva y le deja paso;  /  aquel mozo corpulento  /  quedó tendido a lo largo.  / 
Gritos pegan las mujeres,  /  los hombres daban aplausos,  /  El chico es cogido en hombros  /  dando dos vueltas al prado,  / 
de dulces y caramelos  /  los bolsillos le han llenado.  /  Benitín sale triunfante  /  y es de todos aclamado.  /  -"Este muchacho promete",  /  piensan los aficionados.  /  Los mozos de la Montaña  /  ya tienen su abanderado."