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ESA CANCIÓN...
Son ya catorce años entregados de lleno a la defensa y promoción del folklore leonés. Catorce años derrochando generosamente energías y haciendo evidente una inmensa pasión por sus raíces. El grupo "La Braña" lleva ya catorce años convirtiendo la tradición
y la costumbre popular en un manjar delicioso, genuino y satisfactorio. Catorce años son muchos años, y sin embargo, como si tal cosa, el sexteto mantiene intacto el interés que fundamentó su nacimiento y el objetivo que dio vida, fuerza y carácter a su repertorio.
El conjunto leonés ha publicado en todo este tiempo seis discos, resumen de la entusiasta labor que le dedica a la cultura autóctona.
El último, aparecido a finales del mes pasado coincidiendo con la celebración de un inolvidable recital celebrado en la Plaza Mayor
de León, se ha resistido al parto mucho tiempo. Pero la espera ha resultado gratificante. Es tanta la calidad que encierra que,
sin temor a equivocarme, es muy probable que se encuentre entre los mejores trabajos discográficos que los grupos folk
de la provincia hayan rubricado nunca. El sexto volumen de la serie "Canción Tradicional Leonesa" propicia un cúmulo tal de sensaciones que el oyente se transporta a mundos insólitos y cosmos llenos de vida, recorriendo los más variados parajes y saboreando la auténtica sensibilidad de la tradición.
"La Braña" ha recurrido a la profesionalidad de Raúl Ferreras, uno de los más importantes ingenieros de sonido del momento, para hacer posible que sus aptitudes musicales quedaran fielmente plasmadas sobre los microsurcos. El disco, sin duda alguna, constituye el más grande de cuantos "La Braña", catorce años después de su nacimiento y fundación, haya parido. Son doce canciones muy elaboradas, extraídas del esfuerzo y la investigación y entregadas al pueblo para que las disfrute, madure y saboree. Doce temas que, nacidos de la tradición, vuelven a ella con deleite y alto grado de responsabilidad, la que encierra cada paso dado
en la lucha contra la erosión del tiempo.
La grabación disfruta de un montón de alicientes, tantos que sería realmente complicado enumerarlos uno a uno: técnicos, sociológicos, musicales, artísticos... Este volumen eleva a los altares a "La Braña", dado su alto componente de calidad y el compromiso que adquiere con la cultura de León. Sin embargo, y a pesar de lo compensado que está, "Y a mí lo mismo me da",
la canción que abre su Cara A, alcanza un tono de privilegio, resultando además francamente imprescindible. Este tema en manos de un grupo sin escrúpulos y poco respetuoso con la esencia del folclore acabaría consagrándolo a la comercialidad e imponiéndolo a la ley del marketing, saciando sus ansias de fortuna y escupiendo a la cara del arte. "La Braña", no obstante, lo acaricia, le confiere un carácter sensible y amable, lo incrusta en el disco con aire de gracia, de la misma manera que el resto de las canciones. El nuevo trabajo de "La Braña" está condenado a perpetuarse con gentileza, a mantenerse vivo e intacto, a respirar aire eterno.
"La Braña", siguiendo en la senda adecuada, ha vuelto a dar en el clavo. Por supuesto, haciendo gala de su amor por León,
cuyo arte arenga con predilección y al que rinde pleitesía constantemente.
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