La dulzaina

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LA DULZAINA


        La última parte de nuestro breve repaso a los instrumentos musicales en la tradición leonesa va a coincidir con el final de la serie de artículos que hemos ido realizando todos los meses desde la Navidad de 1986. Durante un año hemos mantenido abierta "la nuestra ventana" a todo aquello relacionado con el apasionante fenómeno de la Canción Tradicional en nuestra tierra leonesa.

        Nos despedimos, pues, de nuestros lectores hasta otra ocasión, y nuestra despedida va a tener aires sonoros... Aires de Dulzaina...

* * *

        La dulzaina forma parte de ese reducido grupo de instrumentos que en la provincia de León se utilizan para llevar la voz cantante en los bailes, dianas, procesiones, solemnidades, bodas y cualquier otro tipo de festejos. Es, por tanto, un instrumento solista que ejecuta melodías, la mayoría de las cuales son versiones instrumentales de piezas que originariamente eran cantadas, aunque no faltan en su repertorio los pasajes puramente musicales, fruto de la inventiva de los propios dulzaineros.

        Dado su
carácter fuertemente melódico, este instrumento muy raramente se utiliza en solitario, pues necesita un firme soporte rítmico, que es la caja o tambor redoblante, compañera inseparable de la dulzaina y que es tocada por otra persona acompañante, contribuyendo a ofrecer esa imagen tan alegre y pintoresca de la "pareja" de dulzaineros.

        En la provincia de
León se toca la dulzaina en amplias zonas, principalmente en la parte central y oriental, así como en muchos puntos de la Montaña. También se utiliza en otras provincias, presumiendo de buenos dulzaineros las de Valladolid, Ávila, Palencia, Soria y Segovia, principalmente. En todas éstas, el instrumento es prácticamente idéntico, y a veces se le aplica el apelativo de "dulzaina moderna" o "dulzaina castellana".

        En contraposición a esta dulzaina moderna, de
38 cm., en algunas regiones españolas continúa utilizándose la "dulzaina antigua" de 26 cm., de construcción más simple. Esta última, actualmente está casi restringida a las regiones mediterráneas ("dolsaina valenciana").

        La
dulzaina es un instrumento de viento, con lengüeta de doble caña de tipo similar al oboe (la llamada "pipa"). Esto la hace pariente cercano de la familia de las gaitas y del antiguo instrumento xirimía.

        La
pipa se inserta en una pequeña pieza metálica o "tudel", que se encaja a su vez en el tubo del instrumento, que es de madera, generalmente de ébano o de granadillo. Como apunte curioso podemos señalar que en la casa-museo de Lorenzana (recomendamos su visita los domingos) se conserva un tubo de dulzaina metálico, lo que probablemente le conferiría un timbre bastante diferente del que hoy conocemos.


HISTORIA

        Aunque el origen de la dulzaina parece remontarse a los pueblos árabes antiguos, puede seguirse su pista a partir del Renacimiento, siendo un instrumento de tipo cortesano, que con el tiempo fue quedando relegado a zonas rurales, donde se construían dulzainas muy toscas, sin llaves, de unos siete agujeros. Poco a poco, el instrumento se fue perfeccionando, y a finales del siglo pasado el dulzainero de Renedo (Valladolid) Ángel Velasco añadió a la dulzaina las ocho llaves metálicas que actualmente presenta. También se aumentó la longitud del instrumento, con lo que éste pasó a tomar un aspecto que recuerda bastante a un clarinete.

        Estas
dulzainas modernas han ido reemplazando a las demás porque ofrecen considerables ventajas para el ejecutante: por un lado, una afinación fija, que permite tocar dos o más dulzainas a la vez; también poseen una mayor amplitud de tesitura, debido a su mayor longitud; y presentan unas enormes posibilidades cromáticas, que permiten tocar en cualquier tonalidad sin necesidad de alterar la melodía. De todos modos, en León las posibilidades cromáticas se aprovechan muy poco, dejando sin usar, por regla general, la mayoría de las llaves.

        La
forma de tocar es a dos manos, apretando los labios sobre la pipa y soplando con fuerza. El sonido es fuerte y poderoso, muy idóneo para tocar al aire libre, aunque los buenos dulzaineros saben arrancarle a veces matices de suavidad.

        Actualmente estamos asistiendo a una recuperación de este instrumento, y podemos constatar el interés de muchos jóvenes por el aprendizaje de su ejecución. En esta recuperación han tenido gran importancia las
Escuelas de Dulzaina, que se han ido formando en diferentes ciudades, entre ellas León. Hoy día se fabrican buenas dulzainas en Carbonero el Mayor (Segovia) y en Laguna de Duero (Valladolid), pudiendo oírse sonar en casi todas las fiestas típicas y romerías. Los dulzaineros están bastante solicitados y relativamente bien pagados. La dulzaina, este instrumento de origen milenario, sigue viva entre nosotros.

 


 


 

Los autores de este artículo fueron:  José Antonio García Trabajo y Jesús San José Hernández.

Fue publicado en el Diario de León, en la sección "El Filandón" el 29 de noviembre de 1987.

Las ilustraciones creadas por Gómez Domingo.