Repicoteando

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REPICOTEANDO


Con el "repicoteo" de las sonajas,
con el "repicoteo" bailan las damas.
Bailan las damas, niña, y los mancebos,
al son de las sonajas y del pandero.

        Para completar el tema del mes pasado, vamos a continuar refiriéndonos a los instrumentos de percusión en el folklore leonés. Hacíamos mención a los llamados membranófonos, y dentro de ellos a los panderos: pandereta y pandero sin sonajas. Aquí es donde retomamos el hilo de la "charla".

        Los tambores se utilizan generalmente como acompañantes de los instrumentos solistas: flauta, gaita y dulzaina. Los que acompañan a la DULZAINA y normalmente también a la GAITA DE FOLE se han desligado bastante de sus antecesores populares, y casi siempre son cajas o redoblantes hechos en serie como las de las orquestas o los tamboriles militares, que pueden llevar parches de piel o de material sintético, y que pueden o no llevar en la membrana inferior cordones resonadores o BORDONES. Su forma suele ser bastante plana y los toca otra persona que acompaña al músico solista, golpeando con dos baquetas o palillos el tambor que lleva colgado al cinto o en bandolera. Su sonoridad es muy clara.

        El instrumento que acompaña a la chifla o flauta de pico es mucho más antiguo y auténtico. Se le conoce con el nombre de TAMBORIL. Es tocado por el mismo instrumentista que toca la flauta, colgado del brazo izquierdo y golpeado por un palillo o baqueta torneado que se agita con la derecha.

        El tamboril consiste en un tronco de nogal de una sola pieza, trabajado para darle una forma perfectamente circular, cuya parte interior se vacía hasta dejar un cilindro de 40 cm. de ancho y unos 60 cm. de alto. Los más sencillos y de inferior calidad pueden ser de maderas curvadas, como el ocume. Los parches solían ser de piel de corzo colocados a ambos lados del cilindro. Van sujetos por aros de madera y metálicos que tensan la piel mediante un sistema de cuerdas en zig-zag cuya tensión puede controlarse por medio de unos anillos de piel o AGAZADERAS. También hay tamboriles que tensan la piel con llaves metálicas. Sobre cada una de las pieles va colocada una sedilla, bordón o cuerda de vibración, que también puede tensarse más o menos para obtener el sonido que se desee.

        Existen, a su vez, muchos instrumentos de percusión que carecen de membrana y que consisten simplemente en hacer chocar o golpear ciertos materiales sonoros, generalmente maderas duras. Son muy variados. Se denominan IDIÓFONOS.

LAS CASTAÑUELAS

        Son dos piezas de madera un poco ahuecadas por el interior, unidas por un cordel. Se tocan por pares, y en nuestra tierra se sujetan en el dedo medio de ambas manos.

        Son imprescindibles en las danzas y en los bailes. Se dan variantes en cuanto a formas y tamaños, dependiendo de las diferentes comarcas y del uso masculino o femenino de las mismas. Suelen estar talladas con motivos decorativos geométricos y adornadas con finas cintas de colores.

LOS PITOS

        Son una especie de castañuelas muy pequeñas que se ponen en el dedo pulgar y tienen un sonido muy fino. No son tan utilizados.

 

LOS PALOS

        Se utilizan en ciertas danzas alternando con las castañuelas. También son tocados por los mismos danzantes, que los hacen entrechocar con los de su pareja (paloteo). Casi siempre están vinculados a festividades como la del Corpus y constituyen una transformación ritual de las espadas guerreras.


EL CARAJILLO

        Instrumento que se hacía primitivamente con la cáscara de una nuez grande, tiene un sonido vibrante, pues se basa en tamborilear con los dedos una tablilla de madera que está sujeta con una tanza a una pequeña cajita de resonancia.


LAS TEJOLETAS

        Son dos láminas de madera que, a diferencia de las castañuelas, no van unidas por ningún cordón y son bastante planas. Requieren gran práctica para hacerlas repicotear entre los dedos. Podían ser también dos lositas de pizarra.

        Y también podríamos mencionar muchos otros objetos de uso casero o útiles de trabajo, que en ciertos momentos adquieren funciones de instrumento rítmico, como son: MORTEROS y ALMIRECES de madera y bronce, BOTELLAS DE ANÍS de cristal rugoso, CASCABELES, ESQUILONES, CAMPANILLAS, TABLAS de lavar, CUBIERTOS de mesa, utensilios de cocina (cazos, tapaderas) y cualquier otro que la imaginación popular ponga al servicio de la música, la juerga o el baile.

 


 


 

Los autores de este artículo fueron:  José Antonio García Trabajo y Jesús San José Hernández.

Fue publicado en el Diario de León, en la sección "El Filandón" el 8 de noviembre de 1987.

Las ilustraciones creadas por Gómez Domingo.