LETRAS DE VILLANCICOS LEONESES
ANDA, DILE QUE ENTRE
Cantó la señora Rosa, de Lusío. Recogió Amador Diéguez Ayerbe, y éste se la cantó a La Braña.
N'esta puerta peta un niño
más hermoso que el sol bello,
ella dice que trai frío,
el pobrecito está en cueros.
Anda, dile que entre
y se calentará
aunque en este pueblo
no hay caridad.
Entra el niño y se calienta,
y después de calentado
le preguntó la patrona
de qué patria es su reinado.
El niño responde:
Yo soy de Belén,
mi madre del cielo,
mi padre también.
Hazle la cama a este niño,
házsela con gran primor,
que ha quedar en nuestra casa
como el Hijo del Señor.
El niño responde:
eso no, señora,
mi cama es el suelo
desde que nací,
hasta que yo muera
ha de ser así.
VAMOS, PASTORES, VAMOS
Recogida en Fuentesnuevas por La Braña
Vamos, pastores, vamos,
vamos a Belén
a ver en aquel niño
las glorias del Edén,
a ver en aquel niño
las glorias del Edén.
Es tan lindo el chiquito,
que nunca podrá ser
que su belleza copien
el lápiz o el pincel.
Y es que el eterno Padre,
con su inmenso poder,
hizo que el Hijo fuera
hermoso como Él,
hermoso como Él.
Vamos, pastores, vamos...
Ay, qué Niño tan lindo,
quién pudiera tener,
sus ojitos me encantan,
su boquita también.
El Padre le acaricia,
la Madre mira en Él,
y los dos, extasiados
contemplan aquel Ser,
contemplan aquel Ser.
Vamos, pastores, vamos...
ANTES DE LAS DOCE
Cantó la señora Rosa, de Lusío. Recogió Amador Diéguez Ayerbe y éste se lo cantó a La Braña.
P'a Belén camina
la Virgen María,
y a San José
lleva en su compañía.
Un amor tan firme
no lo he de olvidar,
antes de las doce
a Belén llegar.
Fueron caminando,
muy luego encontraron
un portal muy viejo,
muy mal preparado;
hicieron convento
de allí se quedar,
antes de las doce
a Belén llegar.
Si gustan, señores,
vamos en compañía,
no saben del camino
y perderán la guía.
Sabemos del camino
y no podemos errar.
Antes de las doce
a Belén llegar.
Nota: Según la señora Rosa, el villancico continúa.
LAS AVES SE ALEGRAN
Cantó Pascual, en León. Recogida por "La Braña"
I.
En el portal de Belén
qué prodigio y qué portento,
parió la Virgen María
al Hijo de Dios eterno.
Las aves se alegran,
los peces del mar,
que Dios ha creado
una palomita
en un pobre portal.
II.
Los pajarillos del cielo
cantando mecen la cuna,
y el Niño recién nacido
jugando está con sus plumas.
III.
Yo soy un pobre pastor
que vengo de mi ganado
y al Niño de Dios le traigo
un pucherito de caldo.
IV.
Los pastorcillos alegres
iban tocando instrumentos,
al Niño de Dios adoran
y le festejan contentos.
V.
La Virgen lava pañales
y San José es carpintero,
y el Niño recoge astillas
p'a calentar el puchero.
LA VIRGEN Y EL CIEGO
Cantó la señora Rosa, de Lusío. Recogió Amador Diéguez Ayerbe y éste se la cantó a La Braña.
San José y más María
caminan para Belén,
en el medio del camino
pidió el Niño de beber.
-No bebas agua, mi Niño,
no bebas agua, mi bien,
que van los arroyos turbios
y no se puede beber.
Han llegado más adelante,
allí había un naranjel,
el pobre ciego lo guarda,
el pobre ciego no ve.
-Ciego, dame una naranja
para el Niño entretener.
-Entre y coja las que quiera
y las que haga menester.
La Virgen como es tan corta
sólo ha cogido tres,
una para Magdalena
y otra para San José,
y otra se quedó con ella
para el Niño entretener.
-¿Quién sería esa señora
que me hizo tanto bien?
me ha dado luz en los ojos,
en el corazón también.
ESTRELLAS SON LUCES
Recogida en Fuentesnuevas por La Braña
No sé si será el amor,
no sé si serán mis ojos,
cada vez que miro al Niño
me parece más hermoso.
Ángeles del cielo,
venid a adorar
al rey de los cielos
que ha nacido ya.
Estrellas del cielo
que hoy en él se ven,
forman blanco velo
al Niño Emmanuel.
Guiados por una estrella
desde el Oriente a Belén,
por desiertos solitarios
buscando al divino Bien.
Venid, pastorcillos,
venid a adorar
al rey de los cielos
que ha nacido ya.
Estrellas son luces
que se desprenden,
bajan a la cuna
donde el niño duerme.
No preguntan por posada,
ni tampoco por comida,
que preguntan por el Rey
que en Belén nacido había.
Venid, Reyes Magos,
venid a adorar
al rey de los cielos
que ha nacido ya.
Estrellas son luces
que se desprenden,
bajan a la cuna
del niño Emmanuel.
LLEGÓ LA NOCHEBUENA
Como ya viene siendo habitual desde hace varias
nochebuenas,
"La Braña" se acerca a vosotros en colaboración con la SER para hablaros sobre costumbres tradicionales navideñas en León.
Nuestra provincia es muy rica en manifestaciones tradicionales, pero, paradójicamente, cada vez cuesta más rescatar de la memoria de nuestros mayores los villancicos; hecho que contrasta con la abundancia de jotas, rondas o romances existentes en nuestro folclore. Sin embargo, y siguiendo con la paradoja, hay un tipo de manifestación religioso-navideña tradicional que no sólo abunda, sino que mantiene en nuestros días su funcionalidad en todo su rigor. Nos estamos refiriendo a los AUTOS DE NAVIDAD, PASTORADAS o CORDERADAS, como también se las conoce.
AUTO DE NAVIDAD es una obra teatral de un solo acto que tiene como protagonistas a personajes bíblicos navideños. Ahora bien, en los pueblos donde se ofrece una cordera como única ofrenda, se llama CORDERADA, y por el contrario, en los lugares en los que los actuantes son pastores con otros tipos de ofrendas (aunque también esté la cordera entre ellos), recibe el nombre de PASTORADA.
Los AUTOS DE NAVIDAD que han llegado a nuestros días, proceden de los siglos XVII y XVIII, si bien la tradición de representar cualquier tipo de auto arrana probablemente de la Alta Edad Media, concretamente en León desde el siglo XII. Afortunadamente, es hoy el día en que las representaciones de pastoradas se generalizan, señal inequívoca de que la tradición sigue su curso. Hubo un período, a raíz de la Guerra Civil, con el éxodo rural, en que se temió por su pervivencia; pero se continuaron representando, aunque no todos los años en el mismo pueblo, sino que iban alternándose unas veces en uno y otras en el vecino; eso sí, participando todos los habitantes de la zona. Generalmente se realizaban el día 24 de diciembre en la Misa del Gallo o al día siguiente, Navidad. No siempre se representaba dentro de la iglesia, y se hacía en la era o en la plaza (aquí influía la decisión y el talante del cura). Lo normal: una parte fuera y otra dentro.
En las Corderadas existe un texto muy concreto en el que los pastores dialogan. Para ser más exactos, son dos textos que se diferencian principalmente en la rima, eso sí, dentro de una misma tradición y con los mismos momentos. Parece claro que debido a su similitud y fidelidad, sólo han podido transmitirse de forma escrita y bajo el auspicio de los curas. La mayoría de las pastoradas son manuscritos, algunos de la segunda mitad del siglo XIX, sin embargo, las pastoradas que se pueden recoger de forma oral suelen tener lagunas, fallos en la rima y desviaciones con respecto a los manuscritos. Estos textos se pueden encontrar en una zona que ocupa cuatro provincias: León, Zamora, Valladolid y Palencia. Esto es gracias a que en algún momento estuvieron implantadas en la antigua diócesis de León, que abarcaba parte de estas provincias (León era la más importante), y en la diócesis de Astorga. José Luis Alonso Ponga y Joaquín Díaz defienden, en su libro AUTOS DE NAVIDAD EN LEÓN Y CASTILLA, esta teoría, diferenciando entre una zona occidental: sur de la diócesis de Astorga -Páramo y tierras de La Bañeza- (aunque aparecen Corderadas de esta zona en Valladolid, por ejemplo, la de Castroponce); una zona oriental, y una zona mixta entre ambas que se situaría en los Oteros leoneses. Parece lógico pensar que uno de los textos fue la base del otro y probablemente ese texto inicial fuera compuesto sobre algo ya conocido quizás anclado en la costumbre y la tradición.
El texto de la Corderada es único, pero cada pueblo tiene la suya propia, porque en unas introducen unos villancicos, en otras otros, o el poeta del pueblo intercalaba una composición propia. Es decir, cada pueblo ha ido añadiendo o quitando cosas del texto central, dándole su propia personalidad. Estas obras de teatro integraban bastantes villancicos que no eran propios de la Corderada, pero que con el tiempo fueron parte inseparable de ella. Esto hace que hoy en día resulte difícil conseguir villancicos exentos propios de León, reduciéndose su número a unos pocos, y sea más fácil encontrar los mismos que se cantan en toda la geografía española. Aquí también influía el gusto de los curas y eran ellos los que decidían los villancicos que se incluían en las pastoradas.
Los AUTOS DE NAVIDAD se alejan de los aspectos puramente canónicos, ya que muchas de sus partes están basadas en tradiciones muy cercanas a los Evangelios Apócrifos; no cabe duda de que las Corderadas incluyen datos que se aceptan como normales y que están sacados de ellos (nombres de los padres de la Virgen: San Joaquín y Santa Ana, por ejemplo). Contienen además un aspecto curioso: grandes dosis de humor. Todos los espectadores y, cómo no, los actores, conocen casi de memoria el texto a representar. Ir a ver la obra tiene el aliciente de verse sorprendidos por algún ofrecimiento distinto y punzante, que cada pastor guarda en el más absoluto secreto para dar el golpe y provocar la risa. Podríamos seguir hablando de otros muchos aspectos de los AUTOS DE NAVIDAD, pero creemos más interesante mostraros para terminar un ejemplo de Cánticos de la Cordera. En el pueblo de Bercianos del Real Camino hallamos hace poco tiempo un manuscrito fechado el 15 de abril de 1988 (como veis, la fecha es muy reciente) y dictado desde su memoria por Manuel Quintana, de 72 años de edad. No vamos a entrar en el análisis del texto, ni en su estructura, ni siquiera en si hay o no fallos de rima o lagunas; simplemente nos limitamos a transcribir aquí el texto literal, tal y como nos llegó a nosotros. En el libro de Joaquín Díaz y José Luis Alonso Ponga (Autos de Navidad en León y Castilla) aparece otra versión de esta misma Corderada. Las diferencias entre ambas sólo dependen de la memoria de los comunicantes.
CÁNTICOS DE LA CORDERA
I:
En este portal estamos
muy alegres y contentos,
caminamos a Belén
a adorar el nacimiento.
Las puertas están cerradas,
un poco nos detendremos,
abridnos, por Dios, las puertas,
por Jesús el Nazareno.
Las puertas ya están abiertas,
de par en par las tenemos.
Entre la hermosa cordera
y los pastores adentro.
De rodillas por el suelo,
adorad el sacramento
que bendito y alabado
sea por siglos eternos.
Levantémonos, pastores
con humilde reverencia,
tomemos agua bendita
y sigamos la cordera.
Apártense los señores,
apártense del camino,
dejen pasar los pastores
a ver la Virgen y al Niño.
Que esta noche San José
con su esposa se ha venido
a la ciudad de Belén,
que una vez así lo dijo.
La sagrada Virgen sale
para ponerse en camino,
cumplidos los nueve meses
padeciendo pena y frío.
Ha llegado a su destino,
siendo la noche llegada
en casa de sus parientes
no hallaron alivio en nada.
San José dijo a la Virgen:
-Esposa, cuánto lo siento.
¿es posible que en Belén
donde tantos deudos tengo
por no acogernos en casa
nos niegan el parentesco?
Turbado estoy, gran Señora,
os podéis pedir al cielo
donde quiera que os quedéis,
esposa del divino verbo.
-Ya, José de mis entrañas,
ya vamos muy satisfechos
pues dice que en un portal
ha de ser el nacimiento.
Busquémosle donde esté
ese suntuoso puesto,
hospedándonos en él
quiera Dios enriquecernos.
Allí hay una puerta abierta,
la que sin duda sospecho,
la que habemos de buscar,
entremos, Virgen, adentro,
entremos en un portal
arrimándose a un pesebre,
y recogiendo unas pajas
allí tuvieron su albergue.
En puesto de medianoche
se vieron mil resplandores,
y San José, cuidadoso,
pidió lumbre a los pastores.
A las doce de la noche,
las estrellas y luceros
se vistieron de alegría
fuentes, plantas y luceros.
Cuando la Virgen dio a luz
ya se aterraba el infierno,
y todas las aves del campo
con repetidos grajeos
le publicaban nacido
al niño de tierra y cielo.
Las águilas coronadas
publicaban noche y día
la gran bondad de José
y pureza de María.
Los pajaritos alegres
cantaban con alegría:
-dicen que ha nacido el niño,
dicen que el niño nacía.
Los pastorcitos alegres
le van tocando instrumentos,
al niño de Dios adoran
y le festejan contentos.
Arrimémonos, pastores,
a ver esta gran princesa,
arrimémonos, pastores
y hagamos la reverencia.
Santas noches, gran señora,
te damos la enhorabuena,
bendito sea tu vientre
y el fruto que de él nos muestras,
hermoso y resplandeciente,
más que treinta mil estrellas.
Más que la luna, aunque clara,
más que el sol, aunque calienta,
y por eso los pastores
alegres hacen la fiesta.
Vienen corriendo al portal,
hincan la rodilla en tierra,
al niño de Dios adoran,
también a su madre bella.
A la parte del Oriente
se ha descubierto una estrella
hermosa y resplandeciente
caminando a toda priesa,
que guiaba a tres monarcas
que vienen de lejanas tierras
a adorar al niño Dios,
le ofrecen unas ofrendas,
que son oro, incienso y mirra
grandes misterios encierran
En ellos significaba
y en el oro considera
que es señor de todo el mundo,
unido a la omnipotencia.
Conque atención los señores,
que si bien lo consideran,
que llevarán la gracia
para ir a la gloria eterna.
Ahora vamos los pastores
a Vos, soberana reina,
estos santos varones
te ofrecemos la cordera.
Recíbela, gran señora,
perdona por la pobreza,
que en estos años que estamos
las soldadas son pequeñas.
Adiós, el casto José,
con Dios el recién nacido,
y que su gracia nos dé
para que con vos vivamos
por siempre jamás, amén.
II:
Tengan muy felices pascuas
todos los que están presentes,
y el señor cura el primero
porque mejor las merece,
que nos dirá las tres misas
de este nacimiento alegre;
ahora al señor mayordomo
se las damos redobladas,
que reciba la cordera
y pague la cantarada.
Pongámonos de rodillas
y con humildad bastante
pidamos perdón a todos
por las faltas del romance.
La primera es a la Virgen
y a su hijo verdadero;
la segunda al señor cura
y a la justicia del pueblo,
y a los que presentes se hallen
del lugar y forasteros.
Levántese el mayordomo
de la Virgen de Perales,
que reciba la cordera
que le ofrecen los zagales.
La cordera no es muy grande
ni tampoco muy pequeña,
que es de las mejorcitas
que en el ganado se encuentran.
III:
En un portal pobre
con muy poco abrigo
nació el rey del cielo
temblando de frío.
Mantillas no tiene
donde recogerse
sólo en unas pajas
y está en un pesebre.
Oh, qué humildes son
los padres del niño
para dar ejemplo
a los que vivimos.
Los ángeles bellos
volando y corriendo
van a dar noticias
de este gran misterio.
Por todas las sierras
iban dando voces
y humildes llamaban
a todos los pastores.
Vienen los pastores
con grande alegría
a adorar al Niño
y llaman a María;
le iban diciendo
nos hará unas migas
en aquel caldero
que ellos le traían.
También a tres reyes
noticias les dieron
que había nacido
el Rey de los cielos.
Y estos tres monarcas
con bastante obsequio
dispusieron viaje
en tiempo de invierno.
Dispusieron viaje
y luego caminaron,
les guía una estrella,
les iba alumbrando.
La estrella les guía
hasta que llegaron
a ver a la Virgen
y al niño en sus brazos.
Le entregan sus dones
que ellos le trajeron,
les recibe el Niño
con bastante obsequio,
como si lo era
del eterno Padre,
como si lo era
de la Virgen Madre.
Y en un jardín florido,
lleno de azucenas,
todas sus fragancias
alivian mis penas.
El rosario es chico,
la cadena, grande,
con que le aprisionan
al dragón infame.
Decidme, pastores
qué es lo que habéis visto
de lo que en la cueva
de Belén ha habido.
Vimos al Eterno
y un ser infinito,
vimos entre pajas
al recién nacido.
Vámonos, pastorcitos
vamos a Belén,
a ver a la Virgen
y al Niño también.
IV:
Por las montañas del cielo
bajaba un pastor divino
a dar agua a su ganado
a las orillas del río.
La luna, de que lo vio
echó perlas al rocío
y el sol, con rubios cabellos,
cubrió el campo de oro fino.
Ya se aclaran las fuentes,
ya se desturbian los ríos,
ya balan las ovejuelas,
ya brillan los corderillos.
A la orilla la arboleda
cantaban los pajarcitos,
cantaban "Cristo nació",
cantaban "Cristo ha nacido".
Jesucristo, niño y tierno
a la helada no se heló,
tenía el suelo por cama
y el cielo por cobertor,
y por cabecera un canto
para descansar mejor.
Quédate con Dios, señora,
la del manto cristalino,
échanos la bendición
que nos vamos de camino.
Quédate con Dios, señora,
la del manto bien bordado,
échanos la bendición,
que nos vamos al ganado.
Les quedamos en el monte
solos y desamparados,
si ha venido el animal
todas habrá destrozado,
que el perro que tengo es chico,
ni un paniego le da el amo.
Quédate con Dios, señora,
la del dorado clavel,
hasta de hoy en un año
que nos volvamos a ver.
DESPEDIDA AL SEÑOR MAYORDOMO:
Santas noches, señor mayordomo,
mayordomo de la Virgen,
los pastores de este pueblo
le obsequian hoy muy felices.
Como costumbre de siempre,
y no perder la esperanza,
los pastorcitos alegres
le llevarán a su casa.
Siéntese usted en la silla
sin miedo y tranquilidad
para marcar el camino
a su casa a descansar.
Ya llegamos a la puerta
de casa del mayordomo
para ver a la familia
que se encuentra en su reposo.
Feliz noche tengan todos
los que habitan en la casa.
Salida y entrada de año
y nosotros en su casa.
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