Cuaderno de cantares:

Los abuelos

 

 

 

A la puerta de mi abuela
hay un puchero con miel,
no se lo digas a nadie,
y mojarás tú también.

  Ahora tiene mi abuela
sólo un colmillo
donde mi abuelo cuelga
los calzoncillos.
  Ahora voy a cantar yo
una tonadilla nueva,
que cuando nació mi madre
ya la cantaba su abuela.

 

 

Allá va la despedida,
la que dio Cristo a su abuela,
los que bailan se divierten
y los que tocan se amuelan.

  Anoche bailé una jota,
se enfadó mucho mi abuela,
yo no bailaría la jota
si no fuera tan bolera.
  Cuando me parió mi madre,
dijo en seguida mi abuela:
este niño es bailador,
tiene un par de castañuelas.

 

 

Cuando me parió mi madre
dijo mi abuela llorando:
este niño se nos muere,
tiene una cosa colgando.

  Cuando mi abuelo era mozo,
iba con mi abuela al baile,
y mientras tanto yo estaba
de albañil en Buenos Aires.
  Cuando se murió mi abuela
a mí no me dejó nada,
y a mi hermana la dejó
asomada a la ventana.

 

 

El campanu de la vaca
de mi abuela, que esté en gloria,
tráigolu puestu al pescuezu,
pa tenerla en la memoria.

  El día que yo nací
dijo una verdad mi abuela:
esta niña ha de vivir
hasta el día que se muera.
  El pañuelo que yo llevo
con un lazo a la cabeza
es porque dijo mi madre
que así lo llevó su abuela.

 

 

El que ahorra siempre tiene,
el ahorrar siempre fue bueno,
el sombrero de aquel mozo
es del padre de su abuelo.

  Este pandero que toco
es de la piel de un carnero,
la lana que saqué de él,
pa las bragas de mi abuelo.
  Hoy es víspera de Reyes,
día muy aseñalado,
y por eso mi abuelita
me dará buen aguinaldo.

 

 

Hoy se va a casar Martín
sin camisa de hilo fino,
con las calzas de su abuelo
y los botos del vecino.
 

La otra tarde me eché un novio
y se lo dije a mi abuela,
estaba comiendo sopas,
me tiró con la cazuela.

  Labrador era mi padre,
labrador era mi abuelo,
y yo como labrador,
a una labradora quiero.

 

 

Mi abuela la regañona
nos hace andar de corona,
cuando mi abuela regaña
en casa todos se callan.
  Mi abuela ya no me quiere
porque no tengo calzones
y me están haciendo unos
con pielicas de ratones.
 

Mi abuelo tenía un buey
que se llamaba Gabino,
cada vez que lo llamaba:
Ven, Gabino, venga vino.

 

 

Mi abuelo tenía un huerto
que criaba ricos nabos,
también tenía un borrico
que le llevaba al mercado.
  Mi abuelo tiene un trabuco
con pelos en la culata,
y a la pobre de mi abuela
a culatazos la mata.
 

Montañeses son mis padres,
montañeses mis abuelos,
y viven en la montaña
mucho más cerca del cielo.

 

 

Parte la rosca, casada,
pártela con las tus muelas,
y después de que partida,
dale de ella a tus abuelas.
  Parte la rosca, casada,
pártela con los tus dedos,
parte la rosca, casada
y da de ella a tus abuelos.
 

Se casó mi abuela
con un jornalero,
podador de mimbres,
de oficio cestero.

 

 

Te levantaste llorando
diciendo de esta manera:
quédense con Dios mis padres,
quédese con Dios mi abuela.
  Tonto tú, tonta tu madre,
tonta tu abuela y tu tía,
¿cómo no vas a ser tonto
siendo de la tontería?
 

Vaya una abuela
que tengo yo,
comiendo sopas
me escalabró.

 

 

Venimos de vendimiar
de la viña de mi abuelo,
y no nos quiere pagar
porque hemos roto un puchero.
  Venga, señor cura, venga,
que en casa tengo trabajo,
que se ha caído mi abuelo
y está mi abuela debajo.
 

Vente conmigo, morena,
a la viña de mi abuelo
y a la sombra de una parra
te diré lo que te quiero.

 

 

Y aquí se acaba este ramo,
que lo aprendí de mi abuela,
en casa manda el marido
y el señor cura en la iglesia.
  Ya puedes querer la niña
y estimarla, caballero,
que la tenía su abuela
criada con mucho esmero.
  Yo te ofrezco, Mi Niño
este chorizo
que lo ha hecho mi abuela
y está muy rico.

 

 

El molino

                                     

Mayo