Cuaderno de cantares:

Mayo

 

 

 

A tu puerta tienes, dama,
plantado el mayo florido,
y para poder cantarlo
la licencia te pedimos.

  Adiós, rosina de mayo,
dime cuándo has de volver.
Cuando las flores del campo
vuelvan a reverdecer.
 

Ahora que viene mayo,
la flor de la primavera,
cuando los quintos se marchan
voluntarios a la guerra.

 

 

Al pasar por la ponteja,
agárrala de la mano,
mira no se te deshoje,
rosa florida de mayo.
  Aquél que más suba el mayo
ha de tener gran ventaja,
cuando vaya a buscar novia
no ha de llevar calabazas.
  Arriba, mozos, arriba,
arriba con ese mayo,
no lo dejéis en el suelo,
que están las mozas mirando.

 

 

Arriba, mozos, arriba,
arriba con ese mayo,
que con garbo y con salero,
pronto quedará pinado.

  Arriba, mozos, arriba,
mozos de poco salero,
si no fuera por las mozas,
el mayo estaba en el suelo.
  Cuatro lunares tienes,
niña, en tu rostro,
tienes abril y mayo,
julio y agosto.

 

 

Debajo de tu ventana
tres arbolitos planté,
los planté en el mes de mayo
prendieron todos los tres.

  Dime, rosita de mayo,
¿quién te ha robado el color?
Un soldado de a caballo
con palabritas de amor.
  El mayo ya está pinado,
que no se vaya a caer,
cuando pase el cantamisa
con gozo lo podrá ver.

 

 

El mayo ya está pinado,
ya va volviendo la copa,
echad, mozos, un buen trago
dadnos también a nosotras.

  El padrino de esta boda
es un clavel encarnado,
la madrina, una azucena
la novia, rosa de mayo.
  Empiezo por la primera,
con una flor en la mano,
amarilla, azul y verde,
nacida en el mes de mayo.

 

 

En el mes de abril y mayo
florecen todas las plantas,
y esta madrina florece
en la ribera de Almanza.

  Eres el clavel de abril
y la rosita de mayo,
la hermosa luna de enero
que me tiene a mí hechizado.
 

Ese garbo y hermosura,
y ese rostro tan salado,
lo comparo, vida mía,
con las rositas de mayo.

 

 

Este es el mayo, señores,
el mayo muy bien plantado,
que lo plantaron los mozos
de las Colinas del Campo.
  La cava del mieu viñedo,
cuánto trabajo mi ha dado,
empieceite por febrero,
termineite allá por mayo.
  La madre abadesa
me lleva al jardín
para ver las flores
de mayo y de abril.

 

 

Las calabazas de mayo
dicen que son las tempranas,
y yo se las di a mi amante
en abril una mañana.

  No está aquí mi madre,
que está en el jardín
regando las flores
de mayo y abril.
  No sé cómo no florecen
las tejas de tu tejado,
viviendo debajo de ellas
las flores de abril y mayo.

 

 

No vale lo que tú vales
la blanca flor del almendro,
ni las mañanas de mayo,
ni el prado de rosas lleno.

  Para abril, para mayo,
para septiembre,
para la primavera
mi amante viene.
  Pobrecillos de los mozos,
cuánto tendréis que llorar,
llega el día de la Misa
y el mayo está sin pinar.

 

 

Qué hermoso está mayo
de bellos colores,
los enamorados
en busca de amores.

  ¿Quién crió las flores
en el mes de mayo?
Las crió María
y su Hijo Amado.
  Si supiera que con flores
te había de conseguir,
te trajera yo más flores
que tienen mayo y abril.

 

 

Subid, mocines, el mayo
con valor y bizarría,
porque en este nuestro pueblo
nunca hubo cobardía.

  Tenéis fama de patanes,
y ahora está bien demostrado,
no podéis pinar el mayo
si no ayuda algún casado.
 

Todas las flores del campo
las cautiva el mes de enero,
en llegando abril y mayo
salen de su cautiverio.

 

 

Todo el pueblo aquí reunido
está viendo con tristeza
que no se pina este mayo
hasta acabar la Cuaresma.
  Tras mayo entra junio,
en San Juan hogueras,
Santiago y Santa Ana
con julio ya llegan.
  Viene marzo con sus flores,
y con sus rosas abril,
y mayo con sus claveles
para coronarte a ti.

 

 

Los abuelos

                                     

El río