Cuaderno de cantares:

Lo rubio y lo moreno

 

 

 

Adiós, ciudad de León,
mi corazón en ti queda,
que lo tienen prisionero
los ojos de una morena.

  Arrimadito a aquel roble
di palabra a mi morena,
el roble será testigo
y ella será mi cadena.
  Aunque soy chiquita y pobre
y morena de la cara,
no tengo mancha ninguna
que no me la quite el agua.

 

 

Buscaré de zanja en zanja
aquellos cabellos rubios,
aquellos ojos azules
que ya no están en el mundo.

  ¿Cómo quieres que vaya
a la verbena,
si la verbena es verde,
yo soy morena?
  Compañero, si te casas,
busca una mujer morena,
que de las blancas y rubias
de ciento sale una buena.

 

 

Con esos ricitos rubios
que te cuelgan por la cara
pareces la Magdalena
cuando por el mundo andaba.

  Con la gracia y el salero
que una morena derrama,
tiene para mantenerse
una rubia una semana.
  Cuatro rubias van por agua
y ninguna lleva soga,
con las trenzas de su pelo
sacan agua de la noria.

 

 

Dame de tu pelo rubio
cuerdas para mi vihuela,
que se me ha roto la prima,
la segunda y la tercera.

  Dicen que mi amante es feo,
porque es moreno de cara,
y a mí me parece un sol
cuando sale a la mañana.
  Dices que no me quieres
por morenita,
búscala tú más blanca,
¿quién te lo quita?

 

 

El médico me ha mandado
dormir con una morena.
Qué médico más amable,
qué melecina más buena.

  El mozo que me corteje,
muy morenito ha de ser,
hablador y zalamero,
y que me sepa querer.
  El que se va sin probar
la gracia de una morena,
se va de este mundo al otro
sin saber lo que es canela.

 

 

En lo alto de la sierra,
lo moreno es lo que vale;
lo blanco lo quema el sol,
y lo colorao el aire.

  Eres como yo te quiero,
ramito de yerbabuena,
ni eres alta ni eres baja,
ni eres rubia ni morena.
  Eres rubia como el sol
cuando del oriente sale,
y blanca como la nieve
antes de pisarla nadie.

 

 

Esta noche los mozos
tienen pelea
por la trenza del pelo
de una morena.

  Estudié para ladrón,
y al terminar la carrera
lo primero que robé
fueron tus ojos, morena.
  La morena vale un duro
y la rubia vale dos,
yo me tiro a lo más caro,
que lo caro es lo mejor.

 

 

Las morenas no te gustan,
las blancas no tienen dote.
Si las quieres escoger,
vete a las hojas del monte.

  Llamásteme moreniña
delante de tanta gente,
y ahora voy a quedare
moreniña para siempre.
  Lo moreno lo hizo Dios
y lo rubio, un platero,
moreno lo quiero yo,
que rubio yo no lo quiero.

 

 

Los cabellos de la rubia
dicen que tienen veneno,
y aunque tengan sublimado,
cabellos de rubia quiero.

  Los cabellos de mi rubia
se los ha robado al sol,
y a mí me ha robado el alma,
la vida y el corazón.
  Los ojos de mi morena
se parecen a mis males,
grandes como mis fatigas,
negros como mis pesares.

 

 

Me llamaste morenita,
la culpa fue de la nieve
por no repartir conmigo
la blancura que ella tiene.

  Morena, morenita,
vamos a moras,
cuanto más morenita
más me enamoras.
  Morena tiene que ser
la tierra para ser buena,
y la mujer para el hombre
también ha de ser morena.

 

 

Morenas, las hay morenas,
pero como tú, ninguna,
quitas los rayos al sol
y el resplandor a la luna.

  Morenita, morenita,
dame de tu morenura,
que vale de ti la gracia
más que de otra la hermosura.
  Morenita soylo, soylo,
de mis padres heredelo,
de lenguas murmuradoras
pido me libren los cielos.

 

 

Morenita y agradable
toda la vida lo he sido,
hermosura no la tengo,
que para mí no ha nacido.

  No debes enfadarte
por ser morena,
que la Virgen del Carmen
también lo era.
  No desprecies lo moreno,
que más vale que la plata,
porque morenita es
la prenda que a mí me mata.

 

 

No quiero que tú me quieras,
que yo quien me quiera tengo,
entre rubias y morenas
yo varias mocitas tengo.

  No te quiero por bonita,
que bonita no lo eres,
te quiero por morenita
y por la gracia que tienes.
 

Ojos negros, cara blanca,
los de mi morena son,
que los llevo yo grabados
dentro de mi corazón.

 

 

¿Para qué me acomparas
con la azucena,
si la azucena es blanca,
y yo soy morena?      
  Rubia de cabellos,
blanca de color,
estrecha de cintura,
que así la quiero yo.
  Si quieres que te lo diga,
la causa de ser moreno,
que estuve adorando al sol
y con sus rayos me quemo.

 

 

Tengo los ojitos puestos
en un pantalón de pana,
en una chaqueta azul
y en un moreno de cara.

  Tienes dos comprometidas,
comprometidas de amor,
una es alta y es morena,
la otra rubia como el sol.
  Tienes el pelito rubio,
rubio y acaracolado,
y en cada caracolito
llevas un enamorado.

 

 

Tienes ojos de paloma,
mejillas de leche y sangre,
y los cabellitos rubios
como la Virgen del Carmen.

  Todas las rubias se casan
y yo por morena quedo,
esperando estoy que venga
de La Habana un habanero.
  Todos quieren a la rubia,
la rubia no quiere a nadie,
la rubia se va a quedar
como el pájaro en el aire.

 

 

Una morena me mata
y una rubia me hace el hoyo,
y una mocita de a quince
me saca del purgatorio.

  Una morena olvidé
por querer a otra más blanca,
y ahora voy conociendo
dónde el zapato me manca.
  Una rubia fue por agua
pa que la vieran el pelo,
déjala que vaya y venga,
ya caerá en el anzuelo.

 

 

Una rubia me engañó
y me llevó junto al trigo.
¡Cuándo volverá esa rubia
a gastar bromas conmigo!

  Una rubia vale un duro,
y una morenita, dos,
yo me tiro a lo barato,
rubia de mi corazón.
  Unos dicen que lo blanco,
otros dicen que lo negro,
otros que lo colorado,
yo digo que lo moreno.

 

 

Unos ojos negros vi
en una cara morena,
que si no son para mí
me voy a morir de pena.

  Vale más lo moreno
de mi morena
que toda la blancura
de la azucena.
  Véteme por agua, majo,
a la fuente la Verbena
para lavarme la cara,
que dicen que soy morena.

 

 

Viva lo moreno, viva,
lo moreno es elegante,
viva porque a mí me toca
de lo moreno bastante.

  Vivan los cabellos rubios
vivan los rubios rubiales,
y vivan los de mi novia
que son rubios naturales.
  Yo me enamoré del pelo
de una rubia panadera,
y con el calor del horno
se está poniendo morena.

 

 

El dinero

                                      

Gatos, perros
y ratones