Cuaderno de cantares:

El dinero

 

 

 

A este señor padrino
le tiene dicho su esposa
que por duro más o menos
no quede mal con las mozas.

  A la puerta del molino
me puse a considerar
que el que no tiene dinero
pocos amigos tendrá.
  A la Virgen del Carmen
tres cosas pido:
la salud y el dinero
y un buen marido.

 

 

Ahí está el señor padrino
tirando duros al aire,
y también quien los recibe
en sin perjuicio de nadie.

  Al chaleco de ese majo,
le falta el botón cimero,
échale de oro, galán,
que sé yo que tiés dinero.
 

Algún día por verte,
dinero daba,
ahora por no verte,
vuelvo la cara.

 

 

Algún día por verte
dinero diera
y ahora por no verte
lo recogiera.
  Amigos ya no hay amigos,
cualquier amigo la pega;
no hay más amigos que Dios
y un duro en la faltriquera.
  Anda diciendo tu madre
que tienes cinco mil reales,
mételos en el bolsillo,
que tú bien poquito vales.

 

 

Anda diciendo tu madre
que yo contigo no igualo,
a dinero no lo sé,
pero a vergüenza te gano.

  Anda, moza y componte,
vamos al baile,
que la dama compuesta
dinero vale.
  Cinco duros dan los pobres,
diez duros dan los medianos,
de este noble caballero,
cien pesetas esperamos.

 

 

Cuando paso por tu casa
llevo las medias caídas
pa que no diga tu madre
que gasto dinero en ligas.

  Cuando pobre me querías
y a mis pies te arrodillabas,
y ahora que tienes dinero,
ni me miras a la cara.
  Cuando yo tenía dinero
me llamaban don Tomás
y ahora que no lo tengo,
Tomasillo y nada más.

 

 

Dices que tienes cadena,
dices que tienes reló,
pero no tienes dinero,
¿para qué te quiero yo?

  Dijistes que por un real
dejabas de cortejarme,
yo te daré real y medio
pa que no vuelvas a hablarme.
  El padrino de esta boda
es un señor caballero,
¿quién le mandó ser padrino
si no tenía dinero?

 

 

En el cielo manda Dios
en el infierno cualquiera,
y en este pueblo y en todos,
el que más dinero tenga.

  Entre un duro y un real
se trabó combate duro,
llevaba el real la razón
y se la dieron al duro.
  Eres moza y vendes huevos
¿quién te comprará la cesta
si los compras a dos reales
y los vendes a peseta?

 

 

Eres una mercadera,
que cuando vas al mercado
todo te cuesta dinero
y dices que te lo han dado.

  Ese buen señor padrino
tiene el bolso de pellejo,
pa sacarle una peseta
hay que tocar a concejo.
  Estaba la molinera
sentadita en su molino,
ganando cuarenta reales
para un pañuelo merino.

 

 

Este cuerpo y este talle,
este poquito meneo,
este cuerpo tan salado
que vale tanto dinero.

  La borrachera que traigo
la pagué con mi dinero,
otra vez que me emborrache
que la pague el cantinero.
  La morena vale un duro
y la rubia vale dos,
yo me tiro a lo más caro,
que lo caro es lo mejor.

 

 

La voz del huevero escucho,
madre, yo me voy con él,
que aunque no lleve dinero,
lleva huevos a vender.

  Lolina, por tus amores
me cobraste quince reales
Lolina, no seas tan cara,
yo puse los materiales.
  Los corales que me diste,
vuélvelos al coralero,
que si yo quiero corales,
mi madre tiene dinero.

 

 

Los curas y taberneros
son de la misma opinión:
cuantos más bautizos hacen,
más pesetas pal cajón.

  Los ojos de mi morena
ni son chicos ni son grandes,
son como monedas de oro,
de las de cuarenta reales.
  Madre mía, los mineros
son negros como el carbón,
pero ganando el dinero,
las pesetas blancas son.

 

 

Me casé con un viejo
por la moneda,
la moneda se acaba
y el viejo queda.

  Me compré unas alpargatas
en casa la Filomena,
me costaron siete reales
y no valen cuatro perras.
  Me llamaste pobre y guapa,
me llamaste como quiero,
que más vale pobre y guapa
que ser fea y con dinero.

 

 

Mozos hay, mozos hay,
mozos hay en la ciudad;
unos son de perra chica,
y otros no valen un real.

  No dude el señor padrino
en darnos mucho dinero,
que el padrino que lo da
tiénesele por muy bueno.
  No quiero tus avellanas,
no las quiero, no las quiero,
que otros me las dan de balde,
tú me llevas el dinero.

 

 

Pastorcicos semos,
de Oriente venimos,
bolsillos trayemos,
dinero pidimos.

  Por cantar cuatro cantares
a la puerta del molino,
me dieron media peseta
y me molieron el trigo.
  Por mi afición sin segundo
metime a tamburitero,
y alegre voy por el mundo,
tocando gano el dinero.

 

 

Por Madrid pasé cantando,
sin saber lo que decía,
y a fuerza de mi dinero
aprendí la cortesía.

  Que dame tres perrinas,
que dame medio real,
que dame tres perrinas
y vámonos allá.
  Salid, mozas, a bailar,
por mozos no tengáis pena,
que los venden en Boñar
a peseta la docena.

 

 

Salid, mozas, a bailar,
que ya retumba el pandero,
que hoy en día vale más
la alegría que el dinero.

  San Antonio bendito,
por Dios te ruego
que me des un buen novio
y mucho dinero.
  Si me quieres de balde
toda soy tuya,
pero por el dinero,
cosa ninguna.

 

 

Si no tienes un duro
no te arrimes a nadie,
en cambio si lo tienes,
amigos a millares.

  Si quieres que el dinero
nunca te falte,
lo primero que tengas
no te lo gastes.
  Si quieres que te quiera
dame doblones,
que es moneda que alegra
los corazones.

 

 

Si quieres que yo te quiera,
me lo tienes que pagar:
en cada carrillo, un beso,
y por cada beso, un real.

  Si yo tuviera en dinero
lo que tengo en voluntad,
te compraba en chocolate
el Peñón de Gibraltar.
  Te anduvistes alabando
que tenías mucho dinero,
también me alabaré yo,
que soy pobre y no te quiero.

 

 

Te estás alabando
que tienes dinero
para que te quieran
las mozas del pueblo.

  Tengo un novio que me quiere
y otro que me da dinero,
y otro que me desengaña,
¿cuál será el más verdadero?
  Toma, niña, cinco duros
para un pañuelo merino,
no lo compres de dos caras
como las tienes conmigo.

 

 

Toma, niña, estos dos reales,
que no tengo más dinero,
valen más estos dos reales
que el cariño que te tengo.

  Un duro con otro duro
se juntan cuarenta reales,
y tu suegra con la mía
se juntan dos animales.
  Una noche de ronda
perdí dos reales,
por ti, gran picarona,
que no los vales.

 

 

Las suegras

                                     

Lo rubio
y lo moreno