Cuaderno de cantares:

La ventana

 

 

 

A la entrada de este pueblo
lo primero que se ve
son las ventanas abiertas
y las camas por hacer.
  A tu puerta llaman puerta
y a tu ventana, ventana,
a tu madre, clavelina
y a ti, rosita encarnada.
  A tu puerta planté un pino,
y a tu ventana, un guindal,
para cuando te levantes
comas guindas con el pan.

 

 

A tu puerta planté un pino
y a tu ventana un rosal,
yo te hablo con franqueza
y tú a mí con falsedad.
  Abre la ventana, novia,
y ponte una colcha encima
no sea que te costipes,
manojo de clavelinas.
  Abre la ventanita,
cierra el postigo,
me darás un pañuelo,
que vengo herido.

 

 

Anoche estuve en tu calle
y en tu ventana di un golpe,
para niña enamorada
tienes el sueño muy torpe.
  Anoche quise subir
a tu ventana, morena,
la escalera se rompió,
que la intención era buena.
  Asómate a la ventana,
a esa que mira hacia el río,
y verás que en la arboleda
un pájaro ha puesto el nido.

 

 

Asómate a esa ventana,
cara de piñón de oro,
quiero encender el cigarro
en el fuego de tus ojos.
  Asómate a la ventana,
cara de limón podrido,
te pareces a mi gato
cuando está descolorido.
  Asómate a esa ventana,
cara de luna redonda,
estrellita de la noche,
espejo de quien te nombra.

 

 

Asómate a esa ventana,
niña, si me quieres ver,
la luna me da en la cara,
bien me puedes conocer.
  Asómate a la ventana
si te quieres asomar,
si no quieres, no te asomes
que a mí lo mismo me da.
  Asómate a la ventana
y echa medio cuerpo fuera,
que el rocío de la noche
no caiga todo en la tierra.

 

 

Ay, qué ventana tan alta,
para mí que soy bajito,
voy a traer un albañil,
que me la baje un poquito.
  Ay, qué ventanas tan altas,
ay, qué rejas tan iguales,
ay, qué niña tan bonita,
si me la dieran sus padres.
  Bien sé que estás en la cama
con las ansias de la muerte,
y yo estoy a la ventana
y no puedo entrar a verte.

 

 

Coloradina,
¿cómo no sales
a la ventana
que te dé el aire?
  Coloradina guapina,
tu color va de remate,
por hablar a la ventana
dando parola a tu amante.
  ¿Cómo quieres que vaya
de noche a verte
si tienes la ventana
llena de gente?

 

 

Cuando paso y te veo
a la ventana
me parece que asoma
ya la mañana.
  Cuando se murió mi abuela
a mí no me dejó nada,
y a mi hermana la dejó
asomada a la ventana.
  De la rama a la ventana
yo vi volar a un jilguero,
yo también voy a mudar
de lo llano a lo ligero.

 

 

De tu ventana a la mía
hay una cadena de oro,
con un letrero que dice:
viva la prenda que adoro.
  De tu ventana a la mía
se pasea una culebra,
dicen que pica, que pica,
más pican las malas lenguas.
  Debajo de tu ventana
está la luna parada,
que no la deja pasar
la hermosura de tu cara.

 

 

Debajo de tu ventana
me dio el sueño y me dormí,
me despertaron los gallos
cantando el kikirikí.
  Debajo de tu ventana
tres arbolitos planté:
un romero y un olivo
y un jamás te olvidaré.
  Desde la mi ventana
te he visto arando
con el buey Golondrino
y el Avellano.

 

 

El cristal de tu ventana
con el aliento lo empaño,
en él escribo tu nombre
y a besos lo voy borrando.
  El marco de tu ventana
está llenito de estrellas,
y cuando te asomas tú
sale el sol y se van ellas.
 
  En la ventana soy dama,
y en el corredor, señora,
en la cocina, criada
y en el campo, labradora.

 

 

Entra por la ventana,
de junto al río,
que mis padres no quieren
que hable contigo.
  Esta noche rondo yo,
ponte, niña, a la ventana,
para la noche que viene,
ronde quien le dé la gana.
  Galán, si vas al baile
de la montaña
tira unas piedrecitas
a mi ventana.

 

 

Hermosa y blanca paloma,
que de lejos vengo a verte,
asómate a la ventana
si no hay otro inconveniente.
  La otra noche estaba yo
debajo de tu ventano,
y tu padre me salió
con el garrote en la mano.
  Mañana marchan los quintos,
ponte, niña, a la ventana,
que te quieren preguntar
si eres firme en tu palabra.

 

 

Mañana por la mañana
levántate la primera,
y en la ventana verás
un ramo de hierbabuena.
  Me dijiste que era un gato
lo que entró por tu ventana,
y en mi vida he visto yo
gato negro y con sotana.
  No me tires chinitas
a la ventana,
me ha quitado mi madre
de allí la cama.

 

 

No quiero que a misa vayas
ni a la ventana te asomes
ni tomes agua bendita
de la mano de los hombres.
  No te asomes, mocita,
a la ventana,
que me voy a otra ronda,
niña galana.
  Qué bueno está el aguardiente
a las dos de la mañana,
con el cigarro en la boca
y la novia a la ventana.

 

 

Quédate con Dios, ventana,
y dile a la que te cierra
que ella se acuerde de mí
como yo me acuerdo de ella.
  Quién fuera un gatito negro
que por tu ventana entrara,
a ti te diera un besito
y a tu padre le arañara.
  Quítate de esa ventana,
cara de limón podrido,
que pareces el demonio
cuando está loco perdido.

 

 

Quítate de esa ventana,
estampa de la herejía;
el que madrugó por verte
mucho sueño no tendría.
  Quítate de esa ventana,
no me seas ventanera,
que la cuba de buen vino
no necesita bandera.
  Si echas el surco derecho
a mi ventana,
labrador de mi padre
serás mañana.

 

 

Todos cuentan cuatro rosas
al pasar por tu ventana,
todos contarían cinco
si estuvieras asomada.
  Todos los días de Dios
sale el sol por la mañana,
y a mí me sale de noche,
cuando estoy a tu ventana.
  Todos los que cantan bien
cantan bajo tu ventana,
y yo como canto mal,
canto contigo en la cama.

 

 

Un soldado me dio un ramo
y lo puse a la ventana,
vino el aire y lo llevó,
adiós, soldado del alma.
  Ventana, ¿cómo no te abres?
balcón, ¿cómo no te cierras?
lucero, ¿cómo no sales
a recoger las estrellas?
  Ventanas que estáis abiertas
mejor estabais cerradas,
excusabais de saber
lo que en la calle pasaba.

 

 

Ya la calle abajo va
la ronda y los rondadores,
la que sale a la ventana
ya se ve que tiene amores.
  Ya me despido de ti
y te digo hasta mañana,
al llegar la media noche,
espérame en la ventana.
  Yo venía de segar,
tú estabas en la ventana,
y me hicistes una seña,
que estabas sola y que entrara.

 

 

La fuente

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