Cuaderno de cantares:

Los besos

 

 

 

A tu puerta planté un guindo,
y a tu ventana un cerezo,
por cada guinda, un abrazo,
por cada cereza, un beso.

  Adiós, que me voy sin verte,
mi corazón sin hablarte,
mi boca sin darte un beso,
mis brazos sin abrazarte.
  Andan haciendo una barca
los mozos de este lugar,
pa poder pasar el río
y allí poderte besar.

 

 

Arrimeme a la puerta
por darte un beso,
vino el señor alcalde
y me llevó preso.

  Ay, madre, mate a ese gato,
que se me sube a la cama,
que me araña por las piernas
y me da un beso en la cara.
  Ayer te vi presinar,
mis ojos fueron testigos,
¡quién te pudiera besar
donde dices: enemigos!

 

 

Cuando venga de la guerra,
morena, estarás casada,
pero sí te acordarás
de los besos que te daba.

  Cuando yo me esté muriendo,
me besarás en la boca,
y me pondrás un letrero
diciendo que muero loca.
  Dame un besito en la cara,
por ver si pongo colores,
que tus ojos me enamoran
y yo me muero de amores.

 

 

De los besos que te daba,
lloraba tu madre un día,
dame tú a mí los que quieras,
a ver si llora la mía.

  Dicen que el amor es ciego,
dicen que el amor no ve,
pero yo no he visto a nadie
darle un beso a una pared.
  El cristal de tu ventana
con el aliento lo empaño,
en él escribo tu nombre
y a besos lo voy borrando.

 

 

El zarcillo en tus orejas
siempre se va meneando,
yo quisiera darte un beso
donde el zarcillo va dando.

  En la calle San Francisco
mi novio me tiró un beso,
yo le dije: sinvergüenza,
aquí no se hace eso.
  Entre la novia y el novio
hay un ramito de flores
con un letrero que dice:
se besen los dos amores.

 

 

Esta noche a mi morena
ya no la puedo besar,
cuando venga de la guerra
con ella me he de casar.

  Estrellita reluciente,
tú que vas alta y serena,
dime si podré besar
esta noche a mi morena.
  Hemos venido a León
tan solo por verte a ti,
tan solo por darte un beso
en la punta la nariz.

 

 

La molinera está mala
y Antonio la va a curar
con un beso que le ha dado
y otro que le tié que dar.

  Mañana me voy de aquí,
mañana será mi viaje,
sólo un beso y un abrazo
llevaré como equipaje.
  Me diste las calabazas,
me las comí con vinagre,
los besos y los abrazos
que te los quite tu madre.

 

 

Mis ojos lloran por verte,
mi corazón por hablarte,
mis labios por darte un beso,
mis brazos por abrazarte.

  Ni por un beso ni dos
pone penitencia el cura,
pero en llegando a los tres,
la penitencia es segura.
  No bajes a la pradera
porque más libre se vive,
que del sol el primer beso
la montaña lo recibe.

 

 

No siento las calabazas
colgaditas del sombrero,
lo que siento es no besar
esa carita de cielo.

  Pa la luna de enero
me habrán pagado
los besos que te di
y el sueño quitado.
  Por la luna doy un beso,
por el sol doy un montón,
por el mirar de esta chica,
alma, vida y corazón.

 

 

Por un beso que me diste
me cobraste cinco reales,
no he visto beso más caro
poniendo los materiales.

  Por un beso y un abrazo
que en la escalera te di
anda diciendo tu madre
que yo me muero por ti.
  Porque me has dado un beso,
llora tu madre,
toma, niña, tu beso,
pa que se calle.

 

 

Qué manitas para guantes,
para sortijas, qué dedos,
qué cuello para collares,
qué boquita para un beso.

  Resalada prenda mía,
prenda mía resalada,
no sé si te acordarás
de los besos que me dabas.
  Si los besos de anoche
lunares fueran,
tuvieras en la cara
dos mil docenas.

 

 

Si los besos que te di
se te volvieran lunares,
tendrías en tu carita
más de doscientos millares.

  Si quieres que yo te quiera,
me lo tienes que pagar:
en cada carrillo, un beso,
y por cada beso, un real.
  Tienes una boquita
tan hechicera
que a montones de besos
me la comiera.

 

 

Tú me pedistes un beso,
yo no te lo quise dar,
los besos son pa los niños,
pa los hombres, un puñal.

  Un beso que hay en mis labios
salir quiere y no se atreve,
sácamelo con los tuyos
si es verdad que me quieres.
  Un fraile me pidió un beso
un lunes por la mañana.
Yo le dije: Padre mío,
buen principio de semana.

 

 

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