Cuaderno de cantares:

Las manos

 

 

A la mar fui por naranjas,
cosa que la mar no tiene,
metí la mano en el agua,
la esperanza me mantiene.

  A tu puerta planté un pino
y a tu ventana un manzano,
sólo por verte coger
manzanitas con las manos.
  Acuérdate que pusiste
tu mano sobre la mía
y llorando me dijiste
que jamás me olvidarías.

 

 

Adiós, adiós, le decimos
a quien fue de nuestro bando,
la despedida le damos
con el pandero en la mano.

  Adiós, rosina de mayo,
dime cuándo has de volver,
adiós y dame la mano,
que ya no te vuelvo a ver.
  Ahí vienen los taberneros
con la libreta en la mano,
apuntando a quien le debe,
tachando al que le ha pagado.

 

 

Aire que vienes de arriba,
no me revuelques el pelo,
que lo traigo peinadito
de mano de mi moreno.

  Al subir la escalerilla
de un oscuro calabozo
oí una voz que decía:
dame la mano, buen mozo.
  Allá va la despedida
con la mano en el sombrero,
que quien les canta pretende
quedar como un caballero.

 

 

Allá va la despedida,
la que dan los buenos mozos,
con la mano en el sombrero:
adiós, prenda de mis ojos.

  Allá va la despedida,
la que dan los mis amores,
con el pañuelo en la mano:
adiós, ramito de flores.
  Aunque tus padres no quieran
ni tu hermana la casada,
por encima de los tres,
dame la mano, salada.

 

 

Bien sé que estás en la cama,
bien sé que no duermes, no,
bien sé que tienes la mano
donde el pensamiento yo.

  Cásate, niña, temprano,
no hagas tú lo que la rosa,
que al andar de mano en mano
se marchita y se deshoja.
  Clavelina, clavelina,
échale agua a tu clavel,
adiós y dame la mano,
que ya no te vuelvo a ver.

 

 

Coge, niña, ese rosario
en la tu mano derecha,
cógelo y vete rezando
desde tu casa a la iglesia.

  ¿Cómo quieres, amor mío
que yo la mano te dé
si la madre que tú tienes
a mí no me puede ver?
  Con respeto y con amor,
hoy, San Roque, te cantamos,
al compás de los panderos
que zumban en nuestras manos.

 

 

Corté una rama del tronco
y la puse en tu tejado,
cuando la rama florezca,
galán, te daré la mano.

  Cosa sagrada es el monte
y el árbol que está en la huerta,
maldita de Dios la mano
que lo tala o que lo incendia.
  Cuando bajaste a lavar
tus manos blancas al río,
el sol se quedó parado
y el agua perdió el sonido.

 

 

Dale la mano a la niña,
para que salga del agua,
que si la niña no sale,
no puede pasar a España.

  Dame la mano,
dame la flor,
dame la mano,
que soy tu amor.
  Dame la mano, la mano,
dame la mano derecha,
esta es la que me has de dar
a la puerta de la iglesia.

 

 

Dame la mano, niña,
dame la mano,
subiremos la cuesta
del avellano.

  Dame la mano, niña,
por la gatera,
que si yo fuera el gato,
ya te la diera.
  Dame la mano, paloma
para subir a tu nido,
me han dicho que duermes sola
quiero yo dormir contigo.

 

 

De tu ventana a la mía
me tirastes una pera,
si me tuvieras cariño
a la mano me la dieras.

  Debajo de tu mandil
tienes el infierno ardiendo,
déjame meter la mano,
que soy santo y no me quemo.
  Debajo de tu ventana,
de tu ventana debajo,
allí se dieron la mano
una majita y un majo.

 

 

Dicen que tus manos pican,
para mí son amorosas,
también los rosales pican
y de ellos salen las rosas.

  El ramín de San José
era verde y se secó,
por ser de manos de un santo,
el cielo se lo llevó.
  El tocar el pandero
no tiene ciencia,
es darle con la mano
y dejarla muerta.

 

 

El vaso tengo en la mano,
lo que tengo dentro es vino,
brindo con mis compañeros
y también con mis amigos.

  En el bolso del padrino
tiene el lagarto la cueva,
no se atreve a meter mano,
tiene miedo que le muerda.
  En el canal de su pecho
tiene mi novia un reloj;
cuando el reloj da la una,
pongo mi mano en las dos.

 

 

En la palma de la mano
yo quisiera retratarte
para, cuando no te viera,
abrir la mano y mirarte.

  En una jarra sin agua
metí la mano y saqué
la suerte de ser soldado,
morena de mi querer.
  Hazme, María, una torta,
aunque sea de centeno,
que siendo de las tus manos
sabrá como el trigo bueno.

 

 

La otra noche estaba yo
debajo de tu ventano,
y tu padre me salió
con el garrote en la mano.

  La sortija que te di,
ponla en la mano derecha,
no la traigas al desdén,
que me costó una peseta.
  Me gustan los labradores
sobre todo en el verano,
cuando van a trabajar
se les calientan las manos.

 

 

Me han dicho que te casabas,
salada, con un pastor,
apropiadas son tus manos
para hacer el requesón.

  Mi amor me pidió la mano
y yo no se la negué,
como estaba en la cocina
le di la del almirez.
  Morena, dame la mano,
y la palabra también,
si no me la das ahora,
no serás mujer de bien.

 

 

No he visto cosa más fría
que las manos de un barbero,
el culo de una mujer
y las narices de un perro.

  No puedo pasar el río,
que me estorba la arboleda,
si no me tiende la mano
una niña arrabalera.
  No quiero que a misa vayas
ni a la ventana te asomes
ni tomes agua bendita
de la mano de los hombres.

 

 

Ojos que te vieron ir
por aquel camino llano,
¿cuándo te verán volver
con la licencia en la mano?

  Parte la rosca, casada,
pártela con las tus manos,
parte la rosca, casada,
y da de ella a tus hermanos.
  Que eres de la Sobarriba,
que eres de la Sobabajo,
bien se conoce, galán,
tienes manos de trabajo.

 

 

Qué manitas para guantes,
para sortijas, qué dedos,
qué cuello para collares,
qué boquita para un beso.

  Que te quiero ver, morena,
que te quiero ver de paso,
y si no me das la mano
yo contigo no me caso.
  Sal, casada, de la iglesia,
sal y no salgas llorando
no digan que tienes pena
porque le diste la mano.

 

 

Son tus manos palmas reales,
tus dedos, diez azucenas,
tus labios, finos corales,
tus dientes, menudas perlas.

  Tengo la mano pesada,
no la puedo aligerar,
soy hija de un labrador
y me manda a trabajar.
  Tienes unas manos blancas,
con unas venas azules,
parecen el mismo cielo,
cuando se apartan las nubes.

 

 

Venga vino, venga vino,
que agua non la puedo ver;
el agua lava las manos
y el vino quita la sed.

  Ya no se llaman dedos
los de tus manos,
que se llaman claveles,
cinco en un ramo.
  Yo la vi y ella me miraba
y en la mano llevaba una jarra.
Yo la vi y ella me miró
y en la mano llevaba una flor.

 

 

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